La guaracha de Aníbal ‘Sensación’ Velásquez convocó hasta al papa Francisco –pero el del Carnaval– quien hizo la multitudinaria fila junto a monocucos, mariamoñitos y cumbiamberas, quienes llegaron al teatro Amira de la Rosa para presenciar el homenaje que le tributó el Carnaval de las Artes, la noche del viernes, al compositor costeño.
En la emotiva velada el sumo pontífice de las carnestolendas dio su bendición desde el segundo balcón del teatro, mientras que en el escenario arrancaba la música con los compases rápidos de la guaracha en acordeón.
Las luces revelaron una puesta en escena que recreó a Mi Kiosquito, el lugar donde comenzó el reinado de Aníbal y su hermano José.
'Era un sitio donde se vendían frescos. Un día el dueño me contrató para que le fuera a tocar y eso gustó. De ahí surgió la idea de cerrar con zinc el establecimiento y cobrar la entrada. Eso fue en los inicios de mi carrera', contó Aníbal ante una audiencia atenta a sus anécdotas.
En el diálogo que sostuvo con Jaime Monsalve, jefe musical de Señal Radio Colombia, habló de cómo creó la sonoridad de su guaracha, al alejarse de los ritmos vallenatos.
'Antes la música de acordeón nadie la quería porque decían que era de corronchos', dijo con desparpajo, y contó que a la edad de diez años su hermano Juan Velásquez le enseñó a tocar acordeón.
'Luego yo fui aprendiendo solo hasta que me nació la idea de darle un poco más de velocidad al compás y así surgió la guaracha de Aníbal ‘Sensación’ Velásquez', relató el compositor y anotó que su ritmo, a diferencia de la guaracha cubana, es más rápido, 'con picante, una guaracha para bailar, con ‘sucundún', expresó el maestro al público que respondió con carcajadas al artista.
La charla fue alternada con la interpretación en vivo de temas como Alicia la flaca, La ronchita, Guaracha en España, Sal y agua, que fueron aplaudidos y bailados por la concurrencia.
José Velásquez, compositor e integrante de la banda de Aníbal, relató sus propias hazañas creativas, como la de poner el parche sintético a la caja.
'El parche de cuero cuando llega la noche se ablandaba y no suena como quiero. A mí se me ocurrió entonces ponerle a la caja una radiografía, ahora todo el mundo lo usa y no me pagan las regalías', dijo con tono divertido.
El homenaje. En cada intervención musical, el maestro Aníbal ponía a bailar al público que encendió los celulares para seguir con las manos el ritmo guarachero, en un bello espectáculo de luces que vio el homenajeado desde el escenario.
'Así es como se hacen los homenajes, en vida. Así es como me gustan estas cosas a mí', expresó el maestro que fue honrado con el Tocado Internacional de las Artes. Aníbal ‘Sensación’ Velásquez con su música hizo devolver el tiempo y en el teatro volvieron a faltar Cinco para las doce, con la nostalgia del año que va a terminar.
'A veces da un poco de susto la palabra ‘homenaje’ porque la asocian con retiro o muerte; pero conmigo no, hay Aníbal para rato. Ya le pedí a mi Dios que me regale ¡180 años!', expresó, y recibió la ovación del aforo completo.