Los humanos habitaron el Ártico 10.000 años antes de lo que se creía, es decir, hace 45.000 años, a la luz de unas nuevas evidencias en un esqueleto congelado de mamut que indican que el animal fue herido con una arma de caza.
Las señales que presenta el esqueleto, según los investigadores de la Russian Academy of Sciences, de San Petersburgo, solo pueden ser el resultado de un daño infligido, publica hoy la revista especializada American Association for the Advancement of Science.
Así, el momento en que el humano pisó por primera vez el Ártico de Eurasia es 10.000 años anterior respecto a lo que se creía hasta la fecha, según el estudio.
Los restos arqueológicos del Paleolítico que han llegado hasta nuestros días sobre los humanos en la zona eurasiática del Ártico son escasas, motivo por el que el nuevo hallazgo ha adquirido un carácter tan revelador.
El estudio comenzó más de tres años atrás, cuando el equipo de científicos rusos liderado por el doctor Alexei Tikhonov encontró un esqueleto de mamut lanudo macho en los sedimentos de las costas heladas de la bahía este de Yenisei, el río más grande del Océano Ártico, en el centro de Siberia.
Los huesos del mamut mostraban daños que Tikhonov y sus colegas calificaron de 'inusuales' en la costilla, en la mandíbula y el colmillo derecho.
Ya en San Petesburgo, los investigadores analizaron las piezas y concluyeron que las muescas corresponden a armas afiladas, como las que se podrían infligir al clavar una lanza.
Mientras, los daños en los colmillos mostraban cómo estos habían intentado ser arrancados o cortados.
Estos hallazgos 'no dejan lugar a dudas' de la presencia humana en el Ártico en la época de este mamut, hace 45.000 años, ya que otro animal no podría haber causado este daño.
Este sistema de caza avanzada permitió al hombre sobrevivir y expandirse por todo el Ártico, lo que les permitió, con el tiempo, llegar al área del puente de Bering, que brindó a la humanidad la oportunidad de entrar en el Nuevo Mundo, justo antes del Último Máximo Glacial.