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En medio de un escenario de luces multicolores y al son de un grupo de millo, veinte polleras desfilaron la noche del martes por la Pasarela Blanca, evento de 'moda con sentido social', que es organizado por la Arquidiócesis de Barranquilla.

Para este encuentro de moda, que se realizó en la Curia Arquidiocesana y que tuvo como fin recaudar fondos para la población vulnerable de la ciudad, las amplias faldas fueron confeccionadas en un proceso de reutilización.

Estudiantes de Diseño de Moda de la Universidad Autónoma del Caribe fueron las encargadas de tomar las telas o prendas de vestir, donadas al Banco de Ropa de la organización religiosa, y transformarlas en polleras.

Las combinaciones de colores fuertes y las figuras bordadas se destacaron en los diseños; en total fueron exhibidas 30 piezas, 20 en pasarela y diez en maniquíes, ubicados en los pasillos del lugar.

Hazbún y Gutiérrez

La Pasarela Blanca fue inaugurada por una muestra de baile. Luego, la voz de la joven Alejandra Hernández, de 14 años, terminó de animar el ambiente, y se dio paso a la noche de modas.

La diseñadora barranquillera Judy Hazbún abrió el desfile en esta segunda versión del evento con su más reciente colección Resonancia. Las telas con estampados florales y dibujos alusivos al examen imagenológico cerebral, en tonos azul, púrpura y blanco, fueron protagonistas de esta pasarela.

El espectáculo continuó a cargo de los nuevos talentos de la Uniautónoma. Largos trajes de gala femeninos de colores vivos –como el rojo– dominaron en la propuesta.

Vanessa Gutiérrez también presentó sus creaciones durante este evento. En estas se pudieron apreciar diversos diseños ceñidos al cuerpo, de profundos escotes, que resaltaban la sensualidad femenina en telas de encaje, chifón y satín.

La reina del Carnaval de Barranquilla 2016, Marcela García Caballero, no falta a ningún evento social, y este no fue la excepción.

Vestida con una vaporosa pollera de cumbiambera, de color blanco, la representante de los carnavaleros asistió a este encuentro de moda, y deleitó con su baile a ritmo de cumbia.

Luego de la intervención ‘real’, se dio paso a la pasarela de polleras, cofeccionadas con prendas donadas al banco de ropa. Al finalizar la velada, cuatro polleras fueron rifadas y una docena vendidas, según informó la directora del Banco de Ropa, Rebeca Badillo. Los precios de las prendas oscilaron entre los 50 y los 80 mil pesos.