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Para la familia de la pequeña Gianna Masciantonio, las esperanzas estaban perdidas. Xanthogranuloma juvenil, una rara enfermedad en la sangre, que solo afecta a cinco niños anualmente en Estados Unidos, le había ocasionado un tumor en la cabeza y, por lo tanto, una corta expectativa de vida. La sorpresa se la llevaron hace poco, luego de obtener los resultados de la última escanografía y encontrar que el tumor se había reducido considerablemente. 'Pasó a ser una pequeña sombra en las imágenes', cuenta Joey, el padre de la bebé de 15 meses que hoy se encuentra fuera de peligro.

Frente a la ausencia de una explicación lógica por parte de los médicos, la devota familia italoamericana atribuye la sanación al beso que recibió la pequeña Gianna de parte del Papa Francisco I, durante su reciente visita a Filadelfia. 'El gesto fue una obra de Dios, es seguro', dice el padre de la bebé.

Donny Asper, amigo de la familia que ejerce como agente del FBI, fue comisionado junto con muchos compañeros a garantizar la seguridad del Sumo Pontífice a su paso por la ciudad. Fue él quien aconsejó a los padres de la niña acercarse a la procesión posterior a un acto en el Independence Hall. Decidieron llevarla pese a la resistencia del papá, que creía que exponer la niña al tumulto podía debilitar más su sistema inmunológico.

Cuando Francisco I pasaba por enfrente de los Masciantonio, Joey alzó a la niña tan alto como pudo. Asper, por su parte, recomendó a sus compañeros del FBI a que la tuvieran en cuenta. Fue Domenico Gianni, jefe de seguridad de Su Santidad, quien la vio, la tomó de los brazos del padre y la acercó a Francisco I para que este la besara.

Para la familia, el milagro, llamado el de la Calle Market, no solo está en el beso, sino también 'en poder llegar a los especialistas que hicieron un gran esfuerzo por salvar la vida de Gianna'.