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2015 ha sido un año muy especial para Aterciopelados. No es para menos. Se encuentran celebrando los 20 años de El Dorado, uno de los álbumes más emblematicos de la escena alternativa de este país.

En este plan andan Andrea Acheverri y Héctor Buitrago, líderes de la banda bogotana que vuelven con un tributo a este álbum, con un libro de su historia y con una presentación especial el próximo 21 de noviembre, en el Miche Rock Festival, que se llevará a cabo en la Plaza de la Paz, en Barranquilla.

¿Qué se siente llegar a los 20 años de vida artística y de celebración, en especial con El Dorado?

Chévere. Están pasando cosas muy buenas desde hace como año y medio que nos volvimos a juntar.

¿Qué pasó con Aterciopelados antes de ese año y medio de volver a estar juntos?

Cada uno estaba dedicado a su proyecto de solista. Héctor (Buitrago) tiene su proyecto llamado Conéctor, en el que su enfoque es más ecológico y él además maneja un evento llamado Cantoalagua que ya lleva varias ediciones. Entonces él está muy comprometido con su activismo ecológico. Y yo andaba también en mi proyecto solista, en el que saqué un disco llamado Ruiseñora, que estaba muy enfocado en el tema de género, es un disco feminista. Andábamos cada uno en su investigación y tocando cada uno por su lado, pero fue en el Festival Rock al Parque del año pasado que empezaron a llamarnos y finalmente fue chévere porque conversamos sobre nuestras diferencias y decidimos coger como cosa por cosa y dijimos: 'hagamos Rock al Parque, a ver cómo nos sentimos y ahí decidimos que hacer'.

¿Y cómo fue la experiencia de volver a Rock al Parque?

Volver fue súper chévere y fue muy lindo, no solo por lo que significa para nosotros Rock al Parque, sino por todas las cosas que han pasado desde entonces que han sido muy bonitas. Hemos estado tocando en muchos festivales en México, en Bolivia, en Chile, en Venezuela. Pero mira que a mí me pasaba que me daba un poco de jartera el pasado. Y como que la gente tiende a encasillarlo a uno y sentía que ya Florecita Rockera no era como lo mío, porque estaba sintiendo lo que actualmente venía trabajando, pero con todo el asunto de reunirse y de montar un repertorio de todas las épocas y mirar muchas fotos y acordarse de historias, mi visión del pasado empezó a cambiar y empecé a disfrutarlo mucho y ahora estamos de celebración gracias a todas las cosas que pasaron. De alguna manera siempre que tocamos esas canciones viejas sentimos como un poder súper chévere y nos vienen como unas energías de esa época. Es bueno escucharlas como más vigentes, porque ya no se oyen igual que en el pasado. Y la gente se pone muy contenta.

¿Y ahora cómo será volver a Barranquilla?

¡Uy sí! Estamos muy felices de volver después de cinco o seis años desde la última vez. Y estamos felices porque la gente es muy querida y sobretodo amamos la comida costeña.

¿Qué pasó con ustedes luego del reencuentro?

Firmamos con Sony e hicimos con ellos un dvd en vivo que está saliendo ahora con el primer sencillo llamado Luz Azul, que hicimos con el cantante español Macaco. Pero también con Idartes hicimos un libro que se llama Con el corazón en la mano.

¿De qué se trata este libro?

Es un libro súper bonito, en el que contamos la historia detrás de cada disco, con muchas fotos y con muchas entrevistas. Ese libro está bien chévere al igual que el homenaje que le están haciendo al disco El Dorado, por parte de un grupo que se llama Barrio Colombia. Entonces hay nuevas versiones de las canciones de ese álbum hechas por distintos cantautores latinoamericanos.

¿De dónde surgió esta idea del homenaje?

Hay quienes aseguran que El Dorado es uno de los discos más importantes de la historia de la música colombiana y del rock colombiano, como lo es La Tierra del Olvido, de Carlos Vives. Entonces Barrio Colombia llegó con esa idea y les quedó un trabajo muy chévere.

¿Quiénes participan en el homenaje?

Por ahí está Carlos Vives, que hizo una versión de Colombia Conexión; está Bumbury, que hizo Candela; está Kevin Johansen, que hizo una nueva versión de La Estaca. Y también de acá están Velandia y La Tigra.

Hablemos de Reluciente y Rechinante, el álbum que lanzarán en 2016. ¿Qué sorpresas vienen con este trabajo?

Bueno, es un álbum en vivo y nunca habíamos hecho un disco un vivo. Entonces era todo un reto grabar algo así. En este trabajo la mayoría de temas que tocamos son clásicos pero hay una de Conéctor, una mía y otra nueva que se llama Re, y es un homenaje al disco de Café Tacuba, que es más o menos contemporáneo a El Dorado. El reto mayor fue eso, hacerlo en vivo, con público. La escenografía también estuvo súper bonita, el vestuario es muy especial y la banda con la que se tocó ese disco es chévere porque era un poco de la banda de Conéctor y un poco de la de Ruiseñora, entonces hay ahí como una unión de lo que cada uno había recogido en su camino como solista.

Hablando del vestuario, Andrea Echeverri siempre ha tenido una estética bien particular. ¿En qué se inspira para lucir atuendos tan coloridos y únicos?

Eso es como puro gusto personal. Digamos que yo también estudié arte y tengo una relación con el color y con la estética. Siempre con mucha frescura e identidad, como que nadie se maquilla, ni se hacen peinados. Esa definitivamente no es la onda, no es la vibra que nos cuadra, más bien es una cosa como de divertirse y de transmitir algo con los colores. En este caso el vestuario tuvo mucho de reciclaje, entonces tenemos en el escenario adornos hechos con tapas de botellas y material reciclable. En nuestra ropa hay muchas tapas plásticas que reutilizamos, en las prendas que son de medio mariachi porque tienen muchos adornos. Conéctor y Aterciopelados ha trabajado por mucho tiempo en esa onda también.