Carmen Balcells, conocida como la ‘Mamá Grande’ de las letras latinoamericanas, falleció la noche del domingo en Barcelona. La agente literaria más poderosa del mundo fijó su nombre en la historia por jugar un papel determinante en la carrera de afamados escritores, a tal punto que tuvo en su catálogo de representaciones a seis Premios Nobel en lengua castellana, entre ellos Gabriel García Márquez.
Balcells nació en la provincia catalana de Lleida, España, en 1930. Era hija de propietarios rurales y estudió peritaje mercantil antes de trabajar como secretaria del autor rumano exiliado Vintila Horia, dueño de la agencia literaria Acer, en la que inició su camino en el mundo editorial.
En 1960 decidió fundar su propia agencia, con la adquisición de los derechos de traducción de autores extranjeros, el primer pilar de su éxito en la época de la censura franquista en España.
En esa década, supo vislumbrar el potencial de las letras latinoamericanas y empezó a gestionar los derechos en el extranjero de los principales escritores del movimiento llamado el boom latinoamericano.
Para Ariel CastilloMier, investigador literario, Balcells fue una persona clave, junto con el editor Carlos Barral, en el momento de esplendor de las letras de esta América.
'Gracias a sus luchas, el boom no solo significó la renovación formal, temática y lingüística de la novela latinoamericana, sino también la dignificación del oficio del escritor', señala Castillo.
La ‘Mamá Grande’ de autores como García Márquez, Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, José Donoso, Camilo José Cela, Juan Carlos Onetti, Ana María Matute, Julio Cortázar y Álvaro Mutis, entre otros, terminó con la cesión obligatoria de los derechos universales y vitalicios de las obras, sin importar la lengua y el país donde fuesen editados, consolidando así la seguridad económica y jurídica a los escritores. 'El escritor pudo convertirse en un profesional y vivir casi exclusivamente de sus libros', explica Castillo.
'Gracias a Carmen Balcells voy al mercado cada mañana', llegó a decir de ella Onetti, a quien la agente fue a buscar a Montevideo para que firmara con ella.
Balcells y Gabo
En 1965, Balcells conoció personalmente a García Márquez, quien le firmó un contrato macondiano por 150 años. Para Castillo Mier, la presencia de la editora fue clave para el Nobel en la época de las ‘vacas flacas’. 'No solo para que superara las incertidumbres creadoras del guionista de cine y se dedicara a escribir de tiempo completo Cien años de soledad, sino para que se enterara, cuando comenzaron las vacas gordas, que lo estaban ‘tumbando’, porque las liquidaciones de sus libros no correspondían con las ventas reales', afirma el investigador literario, y señala que fue tal la confianza mutua de la agente con él, que terminó administrando las finanzas del escritor.
García Márquez le dedicó Del amor y otros demonios con la frase: 'Para Carmen Balcells, bañada en lágrimas'.
Difusión literaria
Las gestiones de Balcells facilitaron la difusión de los novelistas latinoamericanos en otros idiomas, con lo cual, la resonancia literaria de sus obras se magnificó.
El retrato más completo de Balcells aparece en el libro de Xavi Ayén Aquellos años del boom, de 2014, una biografía barcelonesa de los años cenitales del boom, en la que retratan a la agente literaria como una protagonista que salvó a los escritores latinoamericanos de los contratos que habían firmado con los editores europeos.
En el libro la describen como una mujer fuerte, ambiciosa y visionaria. 'Nadie, cuando en 1960 fundó la agencia que lleva su nombre, podía sospechar que iba a batallar con uñas y dientes por sus autores hasta extremos desconocidos en el mercado editorial español en aquel momento', relata la obra de Ayén, en la página 185.
Vargas Llosa la recordó ayer en el diario en El País de España. El autor dijo de Balcells que fue mucho más que una agente o representante. 'Nos cuidó, nos mimó, nos riñó, nos jaló las orejas y nos llenó de comprensión y de cariño en todo lo que hacíamos, no solo en aquello que escribíamos', escribió el Nobel peruano.
Carmen Balcells murió, y el mundo editorial y de las letras latinoamericanas lamentan su pérdida por ser una protagonista en la sombra de los más importantes literatos.