El viaje al Caribe de Tommy Hilfiger desfiló ayer en Nueva York con influencias reggae pasadas por su mirada de clase bien; Carolina Herrera presentó su vie en rose, cual pieza de arte en la Frick Collection, y Jeremy Scott regaló sus diseños de un delicioso caramelo pop.
Tommy Hilfiger sigue jugando en el terreno que mejor sabe cada vez que se acerca la Semana de la Moda de Nueva York: sin escatimar en gastos y con una ropa que es accesible incluso para los técnicos de sonido del desfile o los periodistas en crisis.
Island Hopping continúa con la tendencia de muchos diseñadores, como Diane von Furstenberg o Ralph Lauren, que o han decidido devolverle al verano su condición vacacional, mientras que Hilfiger ha apostado por inspirarse en sus propios descansos en la isla caribeña de Mustique.