Compartir:

'¡Ahí va la paracúa!, dice a veces la gente cuando voy por la calle', comenta Edna Manotas, que a los 36 años luce con orgullo su melena crespa, de rizos indefinidos y volumen autónomo. El cabello es una característica física en la que se expresa la identidad, la cultura y las condiciones de género.

Así lo considera Manotas, investigadora y docente de la Universidad del Norte, para quien este elemento es foco de reflexión por ser bombardeado desde los medios de comunicación y también alimentado en la cultura familiar.

'Yo empecé a alisar mi cabello desde los 12 años. Crecí con la idea de que necesitaba aplacarlo, dominarlo, hasta que decidí liberarme de esas ideas', cuenta la investigadora, que desde la cátedra titulada Cómo leer medios masivos, analiza los parámetros estéticos promovidos desde la publicidad y que repercute en las costumbres sociales y las acciones individuales.

El bombardeo publicitario concuerda con el auge del sector de los salones de belleza y peluquerías, que representan el tercer negocio más común en Colombia. Según el censo publicado en 2014 por Servinformación, en 50 ciudades del país están registrados unos 4.787 establecimientos comerciales de este tipo. En estos templos de la belleza es donde se llevan a cabo los procedimientos de rigor para que hombre y mujeres afinen sus encantos físicos.

'Por lo que uno tiene que pasar: químicos, planchas, ganchos... todo para que el pelo ‘cucú’ quede liso... y a veces no es por gusto', expresa Milena Cuartas, de 37 años, quien hace 9 años decidió no volver a alisar su cabello. Ella es una de las promotoras del colectivo ‘Yo amo miss rizos’ de Barranquilla, una iniciativa que busca reivindicar el cabello rizado de sus connotaciones negativas.

El colectivo surge como una inquietud entre amigas y profesionales con experiencias similares sobre cómo se relacionaban con sus cabellos, las conocidas rutinas de aliser y la necesidad de sentar el debate sobre la carga de identidad y la clave de autoaceptación que hay alrededor del cabello crespo o rizado.

'Cualquier mujer, de cualquier tez, puede tener el cabello rizado o crespo, no es exclusivo de las morenas', comenta Manotas. 'El tema es que lo identifiquen como un cabello positivo, no como un cabello malo', añade la investigadora al referirse a las ideas que para ella permanecen en el imaginario colectivo, como que no es un cabello apto para fiestas, o para usar en el trabajo, solo por ser rizado.

'Esa idea negativa tiene su raíz en la predisposición que viene desde la época colonial, la tendencia a parecernos más a lo blanco, a lo europeo', continúa, explicando que negación de lo cultural ocurre tanto hombre como mujeres, cambiando la textura de su cabello.

Contrario a los matices negativos, el afro como moda alcanzó la cúspide de popularidad en los años sesenta como resultado del movimiento afroamericano, generando en esa época una exaltación de la identidad que se reflejó en la estética personal y marcó una vuelta al estilo natural y no tratado del pelo afro, crespo o rizo.

Traspasa fronteras. La defensa del cabello afro se inscribe en un movimiento que traspasa las fronteras de Colombia y de la que hace parte el portal web missrizos.com, liderado por Carolina Contreras, en República Dominicana.

'Miss Rizos surgió por mi propia experiencia. Pasé 15 años alisando mi cabello con productos químicos, me hice el corte total y dejé que creciera natural. Luego que la gente me preguntara tanto cómo me lo cuidaba, decidí hacer un portal para compartir mi experiencia', comenta Contreras, quien destaca que este proyecto integra una comunidad virtual de 60 mil usuarios. La plataforma digital permite que está iniciativa se conecte de manera colaborativa con Miss Rizos Barranquilla.

Del desriz a la keratina. Walter Molano, estilista profesional, comenta que los procedimientos más solicitados por las mujeres de cabello crespo son los tratamientos de hidratación y de alisado.

'Cada vez se está usando menos el aliser tradicional porque maltrata más la fibra capilar, por eso tiene más aceptación la keratina sin formol', dice el experto.

Molano también destaca que por moda y cultura el pelo afro cada vez está adquiriendo mayor aceptación. 'Es un rasgo que distingue a la mujer caribeña. De manera general, la tendencia ahora es que el cabello no pierda tanto el rizo y se destaquen las ondas'.

La estilista María Martínez coincide con la apreciación de Molano. Sin embargo, señala que 'la preferencia por el cabello liso sigue siendo masiva'. En promedio, el costo del procedimiento de keratina, el más popular para alisar la fibra capilar en el momento, está entre 250 y 400 mil pesos, según indicaron los estilistas consultados.

Pelo afro

Otra de las acciones para reivindicar la herencia afro es el Concurso de Peinados Afrocaribeños que se realiza en el mes de diciembre en el barrio Bajo Valle, organizado por la Fundación Folclórica y Artística Mestizaje.

Cuidado del cabello crespo

Hidratación. El estilista profesional Walter Molano recalca que lo principal es mantener el cabello hidratado. 'Para ello se pueden utilizar los llamados ‘cocteles’ de ampollas nutritivas o aceites como el de argán'.

Peinar el cabello mientras está mojado. Los expertos aconsejan desenredarlo con un peine de dientes anchos cuando está húmedo, y con cremas capilares para darle forma e hidratación.

Secado natural. En caso de usar secador, utilice una boquilla difusora para no desarmar los rizos.

No peinarlo en seco. Esta recomendación evita el maltrato del cabello.

Revitalizar los rizos. Al día siguiente del lavado, para hidratar los rizos resulta útil tener un atomizador con agua y aplicar aceites hidratantes que aporten brillo a la fibra.

Aproveche los accesorios. Pañoletas, cintillos y ganchos hacen parte de las opciones que van bien con los cabellos crespos.