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Seis de la mañana. Cerca de 60 personas suben a la parte más alta del corregimiento El Morro, en Tubará. En el lugar, hoy asisten más fieles que hace un par de meses debido a la supuesta aparición de la imagen de Jesús debajo del Santuario Mariano Nuestra Señora del Morro, un monumento de la Virgen María.

Se trata de una figura sobre la roca que sirve de altar a la virgen, la que desde aquel día se convirtió en foco de atención. Muchas personas se acercan al lugar y empiezan a mirar la silueta, que se dibuja acostada, 'similar a cuando Cristo fue bajado de la cruz', afirma Pablo Pérez, encargado del Santuario.

Contornos de cuarzo brotaron de la roca creando, según Pérez, la 'silueta de un hombre'. El sol impacta sobre las piedras reflejando una pequeña luz a quien la observa, esto, por el material de las mismas. La imagen se encuentra ubicada de tal manera que 'si la miras de frente vas a mirar la imagen del Cristo. Su cara, pecho y debajo sus piernas, así como cuando bajaron al Señor de la cruz', agrega.

Concepto geológico. El ingeniero Moisés Guerrero lidera el proyecto para construir un pozo en la zona. La aparición de la supuesta imagen también lo motivó a realizar una evaluación del porqué se están viendo esas transformaciones en el material de la roca.

'Debido a la pendiente de la piedra, al caer agua de lluvia desde el punto más alto, esta corre por gravedad evaporándose en su mayor parte por el lado en que está ubicado el Cristo'.

Agrega el ingeniero que las condiciones atmosféricas del lugar 'transforman en calcita la roca, y la disolución parcial del carbonato de calcio la cementa sobre la roca dando origen a las calizas'.

'Esto apuntaría a las pigmentaciones fijas que aparecen en la piedra como la aparición de granos de cuarzo o pequeños fragmentos fósiles', señala.

Opinión de la iglesia. Monseñor Víctor Tamayo se ubica frente a la piedra y explica que, 'ahora está saliendo algo especial, en ella —la imagen— se está revistiendo toda en una cosa como de mármol y puede notarse la cara, el pecho y hasta los pies' de una figura que está 'mirando' a la virgen. 'Toda la piedra se está recubriendo de esto', añade el prelado.

Peregrinación

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La caminata de los feligreses hasta el lugar es por 1,5 kilómetros de una vía similar a un camino de herradura, con desniveles y subidas pronunciadas. Algunos se ven obligados a hacer pausas para flexionar su espalda, pero ninguno quiere perder la conexión religiosa. Van rezando el rosario.

Su andar es lento, pero seguro, todos ellos direccionados hacia ‘El Cielo’, cima de la montaña que lleva ese nombre por estar en el punto más alto de la población. Allí esperan el arzobispo de Barranquilla Jairo Jaramillo y el obispo auxiliar de la ciudad, monseñor Víctor Tamayo, máximos representantes de la Iglesia Católica en el Atlántico. Se ponen sus sotanas para oficiar la primera sacristía correspondiente a julio, como es la costumbre al inicio de cada mes.

Los feligreses. Los fieles asocian esa forma sagrada a una 'gran manifestación' de Jesucristo.

'Siempre trato de venir todos los días a El Morro y cuando dijeron por el micrófono, 'observen aquí', me levanté y caminé a la roca, se ve nítida la imagen de Jesús al bajar de la cruz', cuenta Doris Gamarra, devota de la virgen.

La reacción de muchos devotos, tras el anuncio, fue acercarse al altar inmediatamente. Entonces llegó el momento de las fotografías, oraciones. Otros, por su parte, se inclinaron para orar y pedir 'un milagro'.

Uno de los fieles se arrodilló y tocó su espalda. Su esposa contó que sufre de la columna y pide a la virgen por su salud.

'Todas las personas tenían claro que sí era real la imagen que acababan de anunciar', sostiene Kelly Chico.

Osiris Dáger, otra feligrés de El Morro, dijo haber sentido sorpresa al momento de notar la figura. 'Me acerqué y toqué la piedra, pero si tú te alejas uno o dos metros, alcanzas a ver el rostro, es algo maravilloso'. Añade la mujer que 'hay que esperar que se pronuncie más, aunque desde lejos es claro el rostro de Jesús'.

Todas estas manifestaciones tienen múltiples visiones. Si bien desde la ingeniería se atribuye la aparición de la figura a la sedimetación de la zona, para los devotos no hay duda de que esta es una manifestación de Jesucristo. Estas apariciones se conviernten, entonces, en espacios en los que prolifera la fe de los devotos, sin importar que las explicaciones científicas vayan en contravía de la creencia de cada uno de ellos.

Milagros o superstición

El caso de María Paula, una bebé que fue presentada en el santuario el pasado sábado por sus padres, quienes no podían tener hijos, es tan solo uno de los casos ‘atribuidos’ al poder de la virgen. En este tipo de comportamiento, según explica el psiquiatra Patricio García, se reconoce la influencia del factor creencias en la definición y modulación de las percepciones.