'Cuando llegué a la semana 30 de mi embarazo sentí la necesidad de programar el parto. Hablé con el ginecobstetra que monitoreó mes a mes el crecimiento del bebé y junto a él, mi esposo y yo elegimos la fecha y la hora en la que queríamos que naciera nuestra hija', cuenta Cristina Gutiérrez, ingeniera industrial y madre de Ana Lucía, quien acaba de cumplir un año.
La madre señala, además, que la decisión no fue fácil, debido a que era consciente de los posibles riesgos de tener un parto quirúrgico. 'Sabíamos que la cesárea tenía sus peligros, pero en ese momento lo único que quería era dar a luz, porque mi barriga estaba demasiado grande y me impedía caminar'.
A la semana 34, Cristina Gutiérrez fue intervenida quirúrgicamente en la clínica San José de Torices de Cartagena, para convertirse en mamá y ser parte del 63% de las mujeres que se someten a cesárea en el departamento de Bolívar, según estadísticas vitales del Dane de 2013.
Cesáreas por doquier. Colombia tiene una clara tendencia al incremento de cesáreas. Según el mismo Dane, en el país acudían a este procedimiento el 24,9% de las mujeres en 1998, pero hacia 2013 el número subió a 45,7%.
El pediatra neonatólogo Javier Torres afirma que 'estas cifras son preocupantes porque las instituciones en Colombia —la mayoría de ellas privadas– tienen tasas de cesáreas de hasta un 80%'.
El especialista atribuye este incremento a que las madres, de alguna manera, 'presionan al médico' para no tener un parto normal, porque la mayoría 'le teme al dolor que este genera'; sin embargo, afirma que los médicos 'no están siendo responsables' al momento de concientizar a las maternas sobre los beneficios del parto normal.
Clara Esperanza Galvis, subdirectora médica del Hospital Militar Central, señala que el incremento en los partos programados en Colombia se da por dos factores. El primero se basa en el criterio médico y el segundo por la solicitud de las mamás –en su mayoría profesionales– que 'todo lo quieren programar'.
En este escenario se sitúa el caso de Cristina Gutiérrez quien cuenta que el nacimiento de su hija fue planeado. 'Yo creo que planeé hasta su concepción, porque creo que todo en la vida debe tener un orden', manifiesta.
No obstante, la responsabilidad médica también tiene que ver con los procedimientos de cesárea.
'La preferencia de algunos médicos por la cesárea es porque este proceso dura, en promedio, una hora, frente a un trabajo de parto natural que puede tomar un tiempo de entre 4, 10 o 12 horas', explica Javier Torres.
Cesáreas necesarias. El neonatólogo opina que muchas de las mujeres que quieren partos por cesárea, aducen que no 'quieren sufrir de alteraciones fisiológicas, analógicas y funcionales en su cuerpo, lo que es completamente falso. No hay nada más sano para un niño y su madre que un parto vaginal'.
Sin embargo, existen casos alternos como el de Paulina Palacio Gallardo, enfermera superior, quien quedó embarazada a los 29 años y a pesar de sus deseos por tener a su hijo de manera natural, tuvo que realizarse una cesárea.
'A los cinco meses de gestación me diagnosticaron diabetes tipo 2. El médico dijo que esto no alteraría mi embarazo, pero sí iba a complicar el trabajo de parto. Así que por el bien de mi bebé y el mío accedí a practicarme el procedimiento por cesárea'.
Ante casos como este la ginecobstetra Paulina Palacio Santilla afirma que las cesáreas a veces son necesarias porque pueden evitar complicaciones en la vida de la madre y el hijo al momento del nacimiento; pero dice que 'entre más se puedan evitar y menos recomendar este tipo de procedimiento, es mejor'.
En pro del parto natural. Los expertos consultados por EL HERALDO coinciden en afirmar que los partos naturales son más beneficiosos que los quirúrgicos.
Los niños que nacen por parto vaginal desarrollan una flora gastrointestinal que ayuda a prevenir enfermedades estomacales, además tienen la posibilidad de desarrollar menos obesidad a largo plazo. Eso es algo que está comprobado científicamente, dice Torres y anota que asociaciones médicas como la Red de Neonatología y las universidades con programas de medicina en Colombia ya iniciaron procesos educacionales en pro del parto natural, pero eso no es suficiente. 'Creo que se deben dar políticas a nivel gubernamental para que esto cambie, y principalmente para que se vigile el control sobre esto', puntualiza Torres.
La Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología prendió las alarmas el año pasado por un estudio que realizó, llamado Racionalización del uso de la cesárea en Colombia, en el cual mostraron estadísticas de cesáreas practicadas por Departamento, basadas en el censo del Dane y la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2013.
En dicho estudio, el Atlántico aparece con la cifra más alta: el 75% de los partos atendidos en este Departamento son por cesárea. Le sigue San Andrés y Providencia con el 71% y Magdalena con el 69%.
¿Para qué evitar el dolor?. Clara Galvis señala que el 62% de la mortalidad por debajo de un año sucede en el primer mes de vida y las estadísticas dan cuenta de que muchas veces estos casos se presentan porque eran niños prematuros.
Aunque muchas mujeres siguen acudiendo a los partos quirúrgicos, para evitar el dolor de parir de manera normal, esto no es lo más recomendable. Según Galvis 'programar partos hace que nazcan niños prematuros, y un niño entre más inmaduro sea más riesgo tiene de perder su vida'.
Al respecto, el director de la Asociación Colombiana de Neonatología, José María Solano, opina que si en el país se practicaran menos partos inducidos o programados, los índices actuales de mortalidad infantil y neonatal sería más bajos.
En Colombia, 12 de cada 1.000 niños mueren a causa de la prematurez. 'De esta manera nunca vamos a conseguir los objetivos del milenio propuestos por la Organización de las Naciones Unidas', puntualiza Solano.
Red de Prematurez
La Asociación Colombiana de Neonatología, en alianza con el Ministerio de Salud y otras entidades, decidió crear la Red de Apoyo a la Prematurez para garantizar la calidad en la atención y la sobrevida de los nacidos antes de tiempo. Este trabajo comenzó el año pasado, y fue presentado en el IV Congreso Nacional de Neonatología, realizado esta semana en Cali. Los objetivos de esta red son: ampliar el conocimiento del problema de la prematurez en Colombia, trabajar para disminuir la incidencia de los nacimientos pre-término, garantizar una atención digna a los bebés prematuros e implementar un modelo de seguimiento para los bebés prematuros y sus cuidadores.