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Con la intención de tener un espacio de reflexión a través de las experiencias psicoafectivas de los más pequeños, ayer en la Universidad del Norte se realizó el encuentro ‘Colombia: un país que escucha las voces de los niños y las niñas’.

Este fue realizado por el programa de Educación y Desarrollo Psicoafectivo, Pisotón de esta Universidad y contó con la presencia de cinco niños y tres adolescentes, provenientes de cinco de los 32 departamentos del país, en los que este programa tiene presencia.

Ellos compartieron las experiencias y conocimientos obtenidos con este programa, el cual busca que los menores comprendan y manejen sus emociones y logren relacionarse mejor con sus familiares y amigos, mientras aprenden valores.

Laura Valentina Chacón tiene 7 años, es de Ibagué y desde hace dos años es una de los más de 5.000.000 de niños que se han beneficiado con las actividades que este programa desarrolla en instituciones educativas de Colombia, México, Panamá, Ecuador y Bolivia. 'Me ha ayudado a ser mejor, a no ser penosa, a no ser grosera con mis papas, a compartir con mis compañeros y a no llorar', cuenta la menor .

'La experiencia ha sido enriquecedora, porque permite que nosotros demostremos lo que sentimos, tristezas y alegrías y nos hace un poco más sociables', explica Julio Salazar, quien tiene 17 años, estudia en Sincelejo y desde los 4 años de edad hace parte del programa.

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Julio Salazar durante su intervención en el evento. 

Sociedad justa y equitativa. La segunda parte de este encuentro fue titulada ‘El desarrollo emocional y reconciliación como apuesta a una sociedad más justa y equitativa’, en la que participaron líderes de diferentes fundaciones y organizaciones; quienes expresaron sus opiniones acerca de temas como el significado de una sociedad justa y equitativa, el lugar que ocupa la salud emocional en la resolución de conflictos, así como los aportes de acompañamiento y pedagogía que realizan las organizaciones que ellos lideran para la construcción de oportunidades sociales.

'En el fondo lo que estos niños buscan a gritos es alguien que los escuche y ayude a decantar las emociones guardadas', explicó Mónica Arboleda, coordinadora de proyectos de primera infancia de la Fundación Bancolombia, refiriéndose a la situación que viven jóvenes y adolescentes colombianos diariamente, quienes por falta de atención en sus hogares, 'pueden potencialmente convertirse en parte de la cadena de conflicto de guerra y violencia', la cual afecta al país.