'/Eeeooo, eeeooo, Gabo / eeeeooo eeeeooo, se fue Gabo / ay Gabo / eeeooo qué dolor amigo, se fue Gabo, Palenque te llora, Gabo / eeeooo'.
Fue el canto improvisado y sentido del cantante de San Basilio, Justo Valdés, con los tambores de dos grandes agrupaciones del pueblo que han recorrido el mundo, el Sexteto Tabalá y Son Palenque. Los tambores retumbaron y la voz de Valdés también.
Canto de lamentaciones y llanto de lumbalú por la ida de Gabriel García Márquez, el novelista considerado el más grande escritor de la lengua española, después de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El Quijote.
Valdés cantó en el homenaje póstumo que en Palenque se le brindó ayer a Gabo, como era conocido mundialmente el escritor de Aracataca, y que falleció el pasado Jueves Santo en México.
El acto se celebró a las 10 de la mañana y hubo, además de tambores y cantos lúgubres de lumbalú para el novelista, palabras de recordación y reconocimiento de palenqueros espontáneos, que, emocionados por el tono de la música, tomaron el micrófono para hablar con palabras salidas del corazón.
Fue el caso de Basilio Pérez, un patriarca de Palenque, un hombre querido y distinguido como líder social y defensor de la causa de su gente negra.
'¡Viva Aracataca, viva García Márquez, viva Gabo!', gritó este hombre de más de 80 años, cuya voz de trueno pareció retumbar en todos los callejones de esta aldea de antepasados africanos, que la construyeron al huir del yugo de los españoles colonizadores, hace más de 400 años.
'Viva la zona bananera, donde en 1928 triunfaron los trabajadores; viva la zona bananera, cuna de la evolución social del país; viva la zona bananera, la tierra de Gabo. Que viva García Márquez', gritó emocionado al finalizar su intervención.
Los asistentes le aplaudieron con respeto y admiración y el presentador palenquero del acto dijo que había sido un honor tener a Basilio, quien pudo sobreponerse a sus achaques para participar en la ceremonia.
Con música comenzó el homenaje y con música terminó. Justo Valdés recordó el sonido, que se asemeja al ulular de las sirenas, que hacen las plañideras durante las ceremonias fúnebres de los lumbalú. En otro aparte del acto, la fundación Transformemos anunció la traducción a la lengua palenquera de la novela Cien años de soledad.
El homenaje de la mañana de ayer a Gabo fue en el nuevo mirador de Palenque, que se dio al servicio y que fue dotado por la Gobernación.
Está a la entrada del pueblo y allí podrán llegar los turistas a comer algo típico, descansar y seguir el recorrido por este pueblo mítico, como detenido en el tiempo y admirado por su centenaria historia de libertad y rebeldía.