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Simbólicamente atado al recuerdo de Barranquilla y de su carnaval se despidió ayer de este mundo Nelson Henríquez, entre los intérpretes tropicales venezolanos el que más le cantó a la Arenosa.

Su partida coincide con un lunes de carnaval y con el Festival de Orquestas, donde obtuvo Congo de Oro en 1973 y en 1975, épocas doradas del Coliseo Cubierto Humberto Perea. Por eso, ayer, los carnavaleros y las emisoras lo recordaron a través de su extenso repertorio, en especial con las canciones Festival Vallenato y Barranquillero, con las que conquistó en aquel escenario la estatuilla más apetecida en Barranquilla por cantantes nacionales e internacionales.

El zuliano, de 70 años, tenía cáncer –según informes de otros medios– en los pulmones y el cerebro. Falleció en Miami, donde viven los hijos que tuvo con su esposa venezolana, quien murió en diciembre de 2012, en Maracaibo, también de cáncer. Este último suceso ensombreció la vida de Henríquez, comentó ayer Róbinson Albor, rey Momo del Carnaval de Barranquilla del año 2000. Albor lo contrataba desde el año 1999 para presentarlo en su negocio Rancho Currambero.

De ahí nació una amistad profesional con el cantante, pero también una estrecha relación amistosa, asegura Albor, que lo recuerda como una persona sencilla y como un artista que se entregaba al público.

Era un tipo elegante, preocupado de su imagen ante el público, comenta Albor, quien lo trajo en el marco de la celebración del Día de Barranquilla y durante el carnaval casi inmancablemente. 'Su presencia era garantía de éxito. El año pasado cantó como siempre, pero lo noté desmejorado en su aspecto, así lo vieron también en Bogotá. Supe después que ya estaba enfermo y acongojado por lo de su esposa'.

Acostumbraba a presentarse con dos trompetistas venezolanos, el resto de músicos que lo acompañaban en Barranquilla eran de esta ciudad, entre ellos Efraín Villanueva, primer bongocero de Joe Arroyo, dice Róbinson Albor tras excavar en su memoria.

Una de las mayores manifestaciones de sencillez del intérprete de canciones como Nube viajera fue haber llevado a Ricardo Plá a Venezuela cuando este tenía unos 13 años. Dice el ex rey Momo que Henríquez le vio gran futuro al timbalero barranquillero y por eso gestionó con los padres de Plá el permiso.

En el Festival de Orquestas 2003 junto a Esthercita Forero. De ella cantó la célebre pieza ‘Mi vieja Barranquilla’.

(Haga clic aquí para ver la galería de imágenes de la vida del artista)

Asegura también que Henríquez fue cautivo en sus inicios musicales por el amor de una mujer que vivió muchos años en el barrio Boston, con quien tuvo una hija, que ya falleció.

Henríquez fue un eterno enamorado de esta ciudad a la que le interpretó canciones como esa que dice: No hay tierra más linda, no hay tierra más noble de esta Costa hermosa como la Arenosa.

Su mánager Jorge Garcés dijo por W Radio que él estuvo junto al maestro en el momento del deceso, así como sus tres hijos, quienes viven en Miami y no cuentan con recursos.

Quedaron con deudas de los hospitales donde atendieron al cantante, dijo Garcés, quien pidió ayuda para ellos, pues tampoco encontraron apoyo cuando intentaron llevarlo a Venezuela en un avión privado para que lo atendieran de urgencia.

Él fue una persona que dio mucho con su música, pero cuando se tocaron puertas pensando en su salud no se encontró ayuda en los momentos que más lo necesitaba, dijo el mánager.

En Barranquilla. En el 2012, el cantante fue una de las figuras estelares del Carnaval Internacional de las Artes. El entonces editor general de EL HERALDO Ernesto McCausland condujo un conversatorio con Henríquez, quien nació un 27 de enero de 1944, en Maracaibo, estado de Zulia.

El periodista Fausto Pérez lo abordó al finalizar su intervención en el Carnaval de las Artes. Le dijo que 'la única diferencia entre Barranquilla y Maracaibo es que el calor de allá es más fuerte que el de acá. En mi tierra, los retratos sudan', dijo Nelson, quien se dio a conocer con su segundo apellido, pues el paterno era Osorio.

La última vez que cantó en el Rancho Currambero fue junto a sus compatriotas Luis Felipe González y Pastor López, otras grandes estrellas de la canción.

Completó 40 años de vida artística como ícono en Colombia, pues era ídolo en casi todas las ciudades: Medellín, Cali e incluso en Cartagena, donde se presentó en los inicios de su estrellato, afirmó Édgar García Ochoa, Flash.

El columnista dijo que inspirado por un comentario de Jaime Rueda Domínguez, en el sentido que el cantante expresó alguna vez que le gustaría ser enterrado en Barranquilla, él está dispuesto a hacer cumplir ese deseo en carnaval del próximo año, previo acuerdo con la familia del artista.

Ayer el mánager dijo que será sepultado en Miami, porque les resulta difícil el traslado a Venezuela.

Con la muerte de Henríquez brotan los recuerdos de las generaciones que disfrutaron con su música, como las quinceañeras que después del vals pedían Muchacha de 15.

Henríquez se queda aquí donde cantó: El pueblo barranquillero va a gozá el Carnaval.

Él fue un barranquillero neto que le rindió tributo a Esthercita Forero y al maestro Rafael Campo Miranda interpretando respectivamente sus éxitos Mi vieja Barranquilla y Uno para todos. Definitivamente, como lo decía Esthercita, deja 'remolinos de nostalgias'.

Carnaval de Barranquilla lamenta la muerte de Nelson Henríquez

El departamento de Comunicaciones de Carnaval de Barranquilla S.A. produjo ayer un comunicado lamentando la muerte del artista venezolano, expresando que 'fue gran representante de la música tropical y permanentemente vinculado a Barranquilla y su carnaval'. Henríquez hizo parte de la Orquesta Billo’s Caracas Boys, Super Combo Tropical y Chucho Sanoja y la Orquesta La Playa. Con Codiscos grabó las 30 mejores canciones y el compacto 50 + de Nelson Henríquez y su Combo.