Un enorme ventilador dentro del almacén Discolombia apaga los sonidos del trasegar del centro de Barranquilla, en donde se levantan los vendedores y oficinistas a comenzar una nueva jornada.
No es fácil ubicar uno de los últimos bastiones de la música de vinilo que quedan en la ciudad.
En la fachada del almacén se leen todavía las formas de las letras del aviso que alguna vez tuvo y que fue calcado en la madera por la luz sol: Discolombia.
Detrás del mostrador y desde que tiene uso de razón está Shem Butrón de 34 años, nieto de Félix Butrón, quien fue creador de un sello de discos en los años ochenta que llevó su apellido.
Shem ostenta en la entrada del almacén una pequeña muestra de vinilos y Cds consistente en tres largos estantes de hierro, en los que apila los discos de vinilo por género musical. 'En esta época de Carnaval vienen los dueños de los picó a buscar música. Lo que más piden es champeta, salsa y música africana', cuenta Shem animado.
Al preguntarle sobre su propia colección musical dice 'yo no tengo colección. En este negocio se vende todo y no me apego a nada', sin embargo al interior del lugar, Shem guarda dos pisos completos de música de vinilo, casettes y Cds que solo permite dejar recorrer a los coleccionistas consagrados, que él conoce más que nadie. 'Aquí en Carnaval recibimos a extranjeros, gente del interior del país y a los picoteros que vienen a buscar sus tesoros musicales'.
En la especializada lista de coleccionistas de Shem está el barranquillero Mario Fábregas de 37 años y quien desde el año 2003 ostenta con orgullo ser el propietario del picó El Concord.
Desde los primeros días de enero hubo agitación en la casa de Mario, ubicada en el barrio La Magdalena al sur oriente de la ciudad, con los preparativos para dejar El Concord brillante, como una tacita de plata, en espera de la llegada del Carnaval. 'El técnico vino y revisamos las máquinas, los parlantes y la bobina de los yirlance se las colocamos originales y nuevas', afirma.
Mario conserva con orgullo el escaparate del Concord y aunque ya no utilizan los tubos de válvula al vacío sino los transistores, el sonido sigue siendo el mismo con el tornamesa y los discos de vinilo. 'Aquí todo lo piratean hasta las bobinas del picó. La bobina original vale cien mil pesos y aquí en Barranquilla se pillaron cómo eran e hicieron unas iguales, pero no son originales. Estas bobinas tienen más de cuarenta años y todavía están sonando', explica con la voz de la experiencia.
Mario se prepara para una noche especial. A su barrio llegará la ruta Los masters del vacile creada por #Todomono con la guía del especialista Fabián Altahona, en la que por primera vez lo visitarán turistas para conocer su oficio 'me parece muy interesante que ahora la gente quiera conocer y saber más sobre esta cultura' señala Mario.
En un camioncito y con una rampla de tres metros de alto con noventa de ancho y entre tres personas suben el escaparate para llevarlo al punto de encuentro de la ruta.
Nadie sabe con certeza de dónde llegó el picó, pero el periodista y escritor Adlai Stevenson ha rastreado a través de registros de prensa la presencia de esos aparatos de sonido a partir de los años cincuenta y sesenta. 'El picó nace de una necesidad de la clase media de amenizar sus fiestas y bailes con aparatos de sonido portátiles, como su nombre lo dice pick up'.
Con el tiempo los técnicos criollos crearon formas más eficaces para conseguir más potencia en el sonido construyendo cajas de resonancia más grandes que hoy conocemos como picós.
El picó El Coreano, otro de los nombres más conocidos y respetados en la escena picotera local.
El Concord tomó un segundo vuelo en los aires picoteros a partir de 2003, pero su primer despegue en la escena musical ocurrió en los años sesenta en la plena fiebre de la música salsa. 'El Concord nació a medianos de los setenta y fue creado por Tony Wong, quien era de descendencia china'.
Wong decidió ponerle ese nombre impactado por el primer vuelo comercial del súper avión que ocurrió en 1969. 'Tony decía que el Concord era un avión francés, pero con técnica fabricada por japoneses y ese era un orgullo para él y nosotros seguimos manteniendo esa consigna en el picó', indica Mario Fábregas.
En la década de los ochenta el picó se dividió en dos y tuvo otros propietarios. El Concord de Rafael Morales y el Concorde, con la ‘e’ al final, de Jorge Ordoñez, más conocido como George 2000. 'Cuando yo salí mi picó se llamaba Fábregas Estéreo, pero como aquí lo que vende es el nombre decidí hablar con los hijos de Rafael Morales para que me dieran el nombre del picó'.
Cuando Mario recibe el nombre del Concord fue como si lo hubieran bautizado por segunda vez. 'Los hijos de Morales vieron que a mí me gustaba la escena de los picó y me dieron el nombre, porque sabían que lo iba a proteger', recuerda Mario.
Cuando retoma el nombre del Concord todos los demás picós se usaban los equipos fraccionados o en torres. 'Desde el año 2011 se me vino la idea de hacer un turbo (escaparate de madera), para reducir el batiaje de sonido, porque esas torres sonaban muy fuerte y a la gente no le gustaba y para que fuera más fácil de transportar', cuenta Mario.
La denominación de los picós turbo nació según el picotero Alain Guzmán de un aparato de sonido innovador 'hubo un picó que salió aquí en Barranquilla que se llamó Dragón Turbo Láser, que tenía mallas y de allí todo el mundo tomó la palabra turbo para referirse a los escaparates'. Al cambiar de las torres de sonido a los escaparates turbo en el año 2000, también se modifica el formato musical regresando los tornamesa, los acetatos de vinilo y las competencias de los picós de este género llamadas las turbomanías.
Sobre cómo está la programación del picó para estos cuatro días de Carnaval, Mario se lleva las manos a la cabeza con preocupación afirmando que 'todo está copado. La programación del picó está llena'. El Concord elevará sus alas dibujadas en fluorescentes colores por el maestro de Bellas Artes, William Gutiérrez, a Soledad, Soledad 2000 y el martes de Carnaval a la ocho. 'Es una lástima que los Dj de ahora se dediquen a una sola línea de música que se conoce como el famoso ‘guarapo’ que no es más que pura música mezclada por computador con programas y a mi me gusta es lo clásico' se lamenta Mario, pero en otras ocasiones le gusta programar 'champeta y salsa lo que más piden'.
Los temas más sonados del momento son El Serrucho y la canción de salsa Superman de 1983 que ahora han propuesto como uno de los temas del Carnaval. 'Los estaderos reactivan la música salsa o champeta y los Dj de las emisoras van a los estaderos para escuchar qué disco está sonando y ellos buscan el disco por internet, lo bajan, lo programan y lo van pegando', manifiesta Fábregas.
Los coleccionistas de vinilo también adquieren la música africana vía internet y los discos se subastan en euros. Hay discos de vinilo que pueden costar desde quinientos mil hasta un millón de pesos porque son difíciles de conseguir.
Acerca de las riñas y peleas que solían opacar a la cultura verbenera, Mario reconoce que 'el picotero tiene que saber manejar al público y mirar cuando tiene que bajar la adrenalina a los bailadores y no esperar a que la gente se emborrache, porque todo disco tiene su hora'.
Duelo de placas. Las placas por tradición son grabadas por la voz inconfundible de Mike Char. 'Con Mike para el Concord hemos grabado ‘el aquí suena’, ‘el aquí estoy’ y una que otra sátira'. Las sátiras eran otras de las prácticas antiguas del picó, que en ocasiones generaban competencias entre los picoteros. 'Nosotros no tenemos rivalidades con otros picós. Eso depende de no hacerle caso a las sátiras ni tomárselas a pecho. Le pueden tirar puya al picó, pero yo no le paro bolas a eso', agrega Mario. La brisa carnavalera mueve los palos de matarratón, en la sede del Concord, en La Magdalena. El viento se lleva el sonido y una voz lejana que dice: 'Óyelo bien. Saben por qué soy la técnica japonesa, porque mi avión es francés y a todos les da por la cabeza'.
La cultura picotera viajó a Alemania, de la mano de un barranquillero
El Museo Marta Herford, al sur de Alemania, organizó a mediados de febrero una exposición con diferentes sistemas de sonidos de todo el mundo. Para la muestra fue invitado el especialista barranquillero Fabián Altahona que con su blog ColombiaÁfrica ha logrado recopilar uno de los más extensos archivos y fotografías sobre la cultura picotera en el país. Fabián expuso mediante objetos representativos del picó sus diversas manifestaciones artísticas como sus dibujos y su música. Actualmente Fabián prepara otra muestra de esta cultura que llevará hasta Francia.
Primera ruta ‘Los masters del vacile’ de #Todomono
El pasado miércoles se llevó a cabo la primera ruta del picó en la ciudad, en la que turistas y locales visitaron tres picós tradicionales y conocieron a los protagonistas de este oficio.