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Al tiempo que los colombianos son testigos del inicio de Bazurto, la nueva novela del canal Caracol, se despiden de una serie que, desde finales de octubre, es el programa más visto de la franja late de los canales nacionales.

Mentiras perfectas no solo es el líder de sintonía en el último horario de la noche, sino que, además, ha llegado a superar en audiencia a los programas del prime time, u horario estelar.

La serie, adaptación colombiana de la estadounidense Nip/Tuck, ha logrado calar como tendencia en Twitter, gracias a escenas subidas de tono que han llegado al superlativo, especialmente en esta última etapa. Ahora el sexo es más que la escena explícita entre dos y las temáticas abordadas incluyen el lesbianismo, tríos y relaciones con menores de edad, además de violencia de género y consumo de drogas. Es evidente que el escándalo vende. En un análisis del portal La Fiscalía realizado a la semana de emitirse el programa, la sentencia fue la siguiente: 'vencer en el rating no significa convencer dramáticamente'.

Lo que la mayoría desconoció es que el tema central no era el contenido, sino el horario en el que es emitido, antes de las 10:00 p.m., cuando algunos menores de edad aún están despiertos y estudios han comprobado que suelen ver las telenovelas en el horario prime y adaptar sus comportamientos según lo que se emite.

Uno de esos estudios, realizado por los investigadores Luis Felipe Llano y Eliana Ortega, titulado Influencia de la televisión colombiana en el discurso de los niños en edad escolar, se asegura que 'Los niños y niñas se hallan en una época de sus vidas de construcción de identidad en donde la televisión como medio de mayor consumo ejerce gran influencia. Los discursos de los estudiantes son altamente influenciables por los términos de la televisión debido a que no existe ningún tipo de restricción'.

El estudio dice que el 50% de los adultos ve las telenovelas con sus hijos. El canal, a través de su defensora del televidente, asegura que la responsabilidad es de las familias y que al inicio alerta del contenido.

Escenas como esta, con menores de edad, protagonizan los capítulos de la serie.

Sin embargo, no es tanto así, según la Ley, que de lunes a viernes establece un horario familiar hasta las 10 de la noche.

A este tipo de experiencias visuales, el crítico de televisión Omar Rincón la califica como soft porn, una tendencia en aumento en todos los países del mundo. Pero en ciertos horarios.

El experto califica la adaptación como un remake basado en el original, que conserva los rasgos característicos de Nip/Tuck, aunque vistos desde las problemáticas colombianas.

Es esa lectura melodramática de los formatos y las historias en la que no está de acuerdo Alejandro Ángel, realizador audiovisual, quien critica el tono novelesco de las series nacionales, desvirtuándose la imagen más sobria y con matices que ofrecen los personajes de las producciones extranjeras.

'Ese humor negro, ese thriller, ese suspenso de la idea original se pierde, reemplazado por una novela que funciona a través de los estereotipos que dan rating', afirma Ángel.

'El problema no es el sexo, ni el homosexualismo, ni la temática real, sino la forma en cómo se cuenta', sintetiza el realizador.

Ángel no pone en duda las caracterizaciones ni la estética de Mentiras perfectas, una característica que Rincón califica como 'decente', sin ser maravillosa. 'Es una serie cumplidora', asegura, que le da al televidente una fórmula que le gusta. Ángel asegura que 'si no me hubiera visto la original, me vería esta'.

Subyace el problema de los horarios y del público infantil. Algo que cada vez se sale más de control. Porque según Azteca Comunicaciones Colombia, el 48% de los menores de 13 años ve esos contenidos por Internet y el 39% los ve luego por celular.