En medio de las angostas calles del barrio Rebolo, una casa es diferente de las otras. Está decorada con flores de papel, tortugas de plástico y gusanitos de cartón. Es la vivienda de la señora Gladys Piñeres, y desde julio de este año, un oasis para los niños del sector.
Se trata de una de las 30 Casas Saludables que la Fundación Nu3 tiene en toda Barranquilla, en donde los pequeños hasta los 5 años con falencias alimenticias recuperan no solo su peso sino su sonrisa.
En sus ocho años de vida, Nu3 ha atendido a más de 65.000 niños en 45 proyectos de intervención a nivel nacional, y más del 70% de ellos han logrado una recuperación nutricional exitosa, superando la desnutrición.
Pero esta fundación no solo se encarga de satisfacer la necesidad de alimentos de los pequeños beneficiados, sino que busca trabajar con su núcleo familiar para ayudarlos a disminuir su nivel de pobreza a través de un modelo integral.
'Nu3 empieza como una fundación exclusivamente para manejar los índices de desnutrición, pero en la medida que fue creciendo nos dimos cuenta de que para poder hacer un impacto y lograr una transformación social en las comunidades vulnerables, había que trabajar directamente con la familia, manejando cuatro importantes áreas: nutrición; educación, salud y generación de ingresos', explica Mónica Schraer, presidente de la junta directiva de la fundación.
Osvaldo lleva casi seis meses en el programa de recuperación alimentaria, y Gladis dice notar su cambio.
Mucho más que un comedor infantil. El programa de recuperación nutricional es una de las banderas de Nu3 y busca minimizar el impacto de la mortalidad infantil por desnutrición en poblaciones vulnerables del Atlántico.
Allí, los niños reciben el almuerzo y un complemento nutricional todos los días, un paquete alimentario para superar sus deficiencias calóricas una vez al mes, aprenden pautas de comportamiento, hábitos de vida saludable y se les hace monitoreo y control de su progreso por parte de psicólogas, médicos y nutricionistas.
Este programa se lleva a cabo en las Casas Saludables, cada una propiedad de una madre de la comunidad. Ellas son preparadas por Nu3 para proveer la atención integral a los niños.
Es aquí donde se ve el impacto de Nu3 en toda la comunidad: por un lado, las Madres Saludables devengan un salario por sus servicios (convirtiéndose así en trabajadoras formales), y por otro, los padres de los niños vinculados al proyecto asisten a una serie de charlas para aprender desde hábitos alimenticios saludables hasta técnicas de manejo de presupuesto, sobre violencia intrafamiliar y vacunación, entre otros temas.
Trabajo para superar la pobreza. Esta escuela de padres va íntimamente ligada con el programa de generación de ingresos, que busca formar a las madres de los niños beneficiados en indiferentes labores productivas (manipulación de alimentos, huertas caseras, patios productivos, bisutería, etc.) y que se vuelvan autosostenibles, con el fin de romper el círculo de la pobreza.
'Es una garantía para que el niño pueda detener una alimentación sana, estudiar, desarrolle hábitos saludables y pueda salir adelante. Esto es lo único que nos va a garantizar que bajemos la desnutrición, la pobreza, la deserción escolar y la violencia', apunta Schraer.
'Nosotros estamos dándoles la comida a los niños pero también cerramos el círculo y preparamos a las madres para que puedan traer su dinero al hogar, y así mismo empoderar a la comunidad', añade Francis Zylberblum, vicepresidenta de Nu3.
'No podemos pretender hacer toda una estrategia sin promover que estas familias generen su propio ingreso. Deben aprender que ellos son responsables de obtener mejores condiciones de vida', puntualiza Benny Callejas, directora ejecutiva.
Pero nada de esto es fácil, especialmente durante el contacto inicial con los padres que en muchas ocasiones se resisten a recibir ayuda.
Shraer cuenta que 'para una madre aceptar que su hijo está en un estado de desnutrición es difícil. Concientizar a la familia de que necesitan ayuda dirigida, también lo es'.
Pero una vez se supera ese obstáculo inicial, la respuesta en la comunidad es positiva, los reciben con brazos abiertos y permiten que empiece la transformación.
Las Casas Saludables son decoradas, a veces, con manualidades hechas por los propios niños.
'Una de las características importantes que ha garantizado el éxito de Nu3 es que somos una fundación afectiva y más que trabajar, entramos en contacto directo con las comunidades, las madres y los niños. Nos somos una obra de caridad que va, dona algo y se va. Somos una empresa social que busca hacer un impacto, una transformación social y sacar lo mejor de cada comunidad para que haya un crecimiento emocional, físico, social y económico', finaliza.
Otros programas
Según las necesidades que presente cada comunidad intervenida por Nu3, así se ejecutarán programas especiales que ayuden a satisfacerlas. Entre ellos destacan el de prevención de embarazos en adolescentes, promoción de la lactancia materna en madres gestantes y lactantes y asistencia alimentaria a adultos mayores con el fin de aliviar sus necesidades nutricionales y mejorar su calidad de vida. Las estrategias para implementar estos programas son diferentes para cada comunidad.
Riesgos de la desnutrición
'Si un niño no se nutre adecuadamente hasta los 5 años, su cerebro queda atrofiado y el daño es irreversible', explica Mónica Schraer, pues a partir de esa edad es imposible recuperar las capacidades de racionamiento, intelectuales, matemáticas, lógicas, creativas y motrices que el niño pierde. Otras características físicas de los niños que sufren desnutrición son cabello opaco, amarillo y escaso, piel reseca y escamosa, uñas cortas y quebradizas y abdomen pronunciado (por los parásitos). 'Estudios indican que los niños que han sufrido desnutrición en esta etapa, en su edad adulta tienden a devengar 20% menos que aquellos que tuvieron una alimentación adecuada', explica Yilda Castro, directora comercial y de comunicaciones de Nu3.