Jhon Carlos Laitano tenía 15 años cuando entró al mundo de las drogas. Con el pasar del tiempo, su adicción creció hasta llegar a un punto de autodestrucción, en donde ya ni su familia creía en él. Dos décadas después conoció Hogares Crea y hoy no solo recuperó su vida, a su esposa y sus tres hijos, sino que además ayuda a otros adictos a superar la enfermedad que él mismo padeció.
Este es solo uno de los cientos de casos exitosos que con orgullo Hogares Crea comparte en su aniversario número 30.
Rosita Barrera de Tcherassi trajo este modelo de reeducación del carácter de Puerto Rico, donde nació, a Colombia en 1983. Supo de su existencia por un sacerdote venezolano y vio que era una necesidad. Un grupo de madres cuyos hijos sufrían de adicciones recogió fondos y se los entregó el mismo día que recibió la Medalla Cívica. Desde entonces, esta, la primera comunidad terapéutica de Colombia, se ha vuelto la gran labor de su vida.
Un año después, y con el apoyo de personas que creyeron en el proyecto, inauguraron la sede en donde hoy funciona Hogares Crea La Finca. El programa, de puertas abiertas, le apunta a reeducar el carácter de los adictos.
'Hay una oficina de contacto donde la gente se acerca voluntariamente; tienen que saber que tiene un problema y querer salir de él. Se les da la bienvenida, se les dan charlas, ese les evalúa psiquiátrica y psicológicamente y luego se les hace el ingreso', detalla César Campo Bartosek, presidente del Comité Timón Central Nacional de Hogares Crea en Colombia.
César Campo Bartosek, actual presidente nacional; Rosita Barrera de Tcherassi, fundadora de Hogares Crea Colombia, y Alberto Alarcón, fundador de la sede en Bucaramanga.
El programa se compone de distintas etapas –lideradas por psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales– y los internos son evaluados al final de cada una de ellas para poder pasar a la siguiente. El tratamiento dura mínimo 15 meses, durante los cuales la persona reside en la sede. Al finalizar el tratamiento, son considerados reeducados.
Pero no todos lo logran. Del total de personas que se acerca a la oficina de contacto, solo el 10% termina el tratamiento. Campo Bartosek explica que muchos de ellos aún no han asumido su enfermedad o se dejan llevar por amistades que comparten su adicción.
A pesar de la alta tasa de deserción, más de 500 personas han sido exitosamente reeducadas en Hogares Crea, de las cuales, muchas han seguido vinculados al programa, ayudando a los nuevos internos.
Francisco Salcedo tuvo uno de los tratamientos más extensos en la historia del programa: duró 40 meses interno en el Hogar después de casi una década de adicción, pero finalmente logró vencer sus demonios.
'Soy un orgulloso de ser reeducado de Crea, de haber terminado un proceso de tratamiento y seguir vinculado', cuenta Salcedo, quien hoy hace parte del Comité Timón Central Nacional y ha criado a su hija bajo las guías de lo que aprendió en el programa hace 23 años. 'Sé que tengo una buena hija, una persona que mañana va a ser un buen profesional. Para mí, ella es un espejo de lo que yo quise ser en la vida'.
Actualmente hay más de 100 personas recibiendo tratamiento en los Hogares Crea de Barranquilla, Bucaramanga, Manizales y Cartagena, todos ellos con pasados e historias de vida distintas: desde ingenieros, arquitectos, abogados y médicos, hasta personas analfabetas y de todos los estratos. Pueden ingresar al programa desde los 18 años, aunque la mayoría están entre los 25 y 30.
Fue precisamente a los 22 que Abraham Raad ingresó al programa. De ser una de las primeras personas que atendió el Hogar Crea en Colombia, hoy es supervisor internacional de la organización.
'Nadie creía que yo podía salir del infierno de las drogas. Llevo 27 años reeducado y este milagro lo he visto repetirse en cientos de hermanos que han salido adelante'.