Google festejó ayer sus 20 años con un evento en San Francisco. Nacida el 4 de septiembre de 1998 como motor de búsqueda, se convirtió en una de las multinacionales más poderosas del mundo, generando miles de millones, pero también críticas.
A mediados de los años 90, Larry Page y Sergey Brin, dos estudiantes de la Universidad de Stanford en Silicon Valley, tuvieron una idea para mejorar la búsqueda en internet que resultó ser revolucionaria y terminó por aplastar a la competencia.
Los motores de búsqueda ya existían pero clasificaban los resultados de esta contando el número de veces que aparecían las palabras clave buscadas.
Page y Brin mejoraron el sistema, analizando las relaciones entre las páginas, como la cantidad de vínculos que llevan a una página en particular, permitiendo determinar mejor el objetivo.
El 4 de septiembre de 1998, fundaron oficialmente la empresa Google en un garaje de Menlo Park, en Sillicon Valley, California.
El nombre es una referencia al término matemático 'gogol' o 'googol' (gúgol en español), que designa el número 1 seguido de 100 ceros.
En 2004, instaló su sede en Mountain View y Google entro a cotizar en bolsa en agosto.
Con el paso de los años, la firma lanzó numerosos productos: Maps, mensajería Gmail, el sistema operativo para celulares Android, el navegador Chrome, entre otros. Google también adquirió la plataforma de videos YouTube en 2006.
Google, que cuenta con 80.000 empleados en el mundo, es hoy una de las marcas más conocidas del orbe y su nombre se utiliza en el lenguaje cotidiano con neologismos como 'googlear'.
Al igual que Facebook, esta organización con publicidad dirigida a los usuarios en base a algoritmos toma en cuenta sus datos personales, su historial de navegación, y su ubicación.
Según las proyecciones de eMarketer, ambas firmas captaron este año el 57,5% de la publicidad digital en Estados Unidos.
Sin embargo, no todo ha sido color rosa. La prensa tradicional acusa tanto a Google como a Facebook de ser sus sepultureros, al captar la mayor porción de publicidad y lectores.
Ambos se oponen asimismo a una reforma de los derechos de autor en Europa para otorgar más poder a los creadores y editores de prensa frente a las firmas de internet, las que deberán otorgar una mejor remuneración a los creadores de contenidos y permitir a diarios y agencias de prensa recibir ingresos por la reutilización de su producción en la web.