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Los robots recogen el equipaje de los viajeros, mientras éstos esperan en una sala concebida como un jardín interior antes de someterse a un escaneo facial y pasar controles completamente automatizados. Así podrían ser los aeropuertos del futuro.

Estas innovaciones podrían convertirse en realidad con el desarrollo de las nuevas tecnologías y convertir las largas filas de espera de las terminales en momentos más agradables.

La zona de Asia Pacífico lleva la delantera, pero Oriente Medio le pisa los talones. Muchos aeropuertos intentan atraer al número creciente de pasajeros que elige por dónde transitar en sus desplazamientos.

Estas regiones son 'los dos principales focos de crecimiento en innovación tecnológica porque compiten por ser los aeropuertos centrales mundiales del transporte aéreo', declaró a la AFP Seth Young, director del centro para los estudios en aeronáutica de la universidad de Ohio (Estados Unidos).

'Si tomo un vuelo Nueva York-Bangalore ¿pasaré por Abu Dhabi, Dubái o Hong Kong? Es un mercado enorme', añade.

Los cambios también representan un enorme desafío porque trastocan los modos de funcionamiento vigentes desde hace décadas.

El aeropuerto singapurense de Changi, considerado uno de los mejores del mundo, prevé introducir la tecnología de reconocimiento facial automática en una nueva terminal que abrirá antes de finales de año.

A los pasajeros se les escanea el rostro cuando facturan y posteriormente, lo que en teoría debería permitirles pasar rápidamente todo el proceso (control de seguridad, de inmigración) sin la intervención de ninguna persona.

Europa y EEUU rezagados

Australia anunció una inversión millonaria en tecnología de reconocimiento facial para introducirla en los aeropuertos, y Dubai Airports se lo está planteando.

Los robots se abren paso en aeropuertos internacionales como el de Incheon, en Seúl, donde se dedican a tareas de transporte de equipaje y de limpieza. En la nueva terminal de Singapur también limpiarán, pero vestidos de mayordomo.

Algunos adelantos ya se utilizan desde hace tiempo, como la facturación e impresión de tarjetas de embarque en casa.

Otra de las formas para atraer pasajeros en tránsito es cuidar la imagen. La nueva terminal de Singapur dispondrá de una cascada de 40 metros en un jardín interior.

Algunos aeropuertos introducen la facturación de equipaje en autoservicio: el pasajero escanea la tarjeta de embarque y luego coloca las maletas en una cinta transportadora.

Los de Europa y Estados Unidos han quedado rezagados en este campo. 'Eran líderes del mercado de la aviación durante los 75 o 100 primeros años, pero es muy difícil revolucionar las infraestructuras con cimientos de hace 75 años', explica Young.

También es un tema de 'voluntad política' y las economías emergentes se vuelcan en ello para mejorar su estatus a escala internacional, añade.

Aún así, algunos europeos y estadounidenses están dispuestos a invertir. El aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy se propone renovar sus infraestructuras y el de Amsterdam-Schiphol aspira a ser el primero digitalizado del mundo antes de 2019.

Todos estos cambios pueden tardar un cierto tiempo debido, entre otras cosas, a la resistencia a la evolución y a la falta de medios financieros, advierte Xavier Aymonod, experto en transporte.