Cuando una persona mayor de 18 años hace uso de redes sociales para fingir ser un adolescente y engañar con fines sexuales a un menor de edad está practicando grooming.
Esta es una modalidad de ‘ciberacoso’ muy común entre predadores sexuales, pero desconocida por la ciudadanía en general. Se trata de una forma de abuso hacia niños y jóvenes que se ha popularizado con el crecimiento de las TIC.
El tema ha tomado tanta relevancia que incluso el ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones desplegó el año pasado una intensa campaña dentro de su estrategia ‘En Tic confío’ con el fin de combatir esta práctica y fomentar el uso adecuado y orgánico de Internet.
EL HERALDO habló con la viceministra TIC, María Carolina Hoyos Turbay, sobre el tema, quien aseguró que en el grooming 'al ser ‘amigos’ e intercambiar información e historias, muy fácilmente se baja la guardia: ya no da tanta pena hablar de algunos temas, enviar fotos o verse a través de la cámara web. Esto lo aprovecha el abusador para incluir temáticas sexuales en las conversaciones, también intercambiando imágenes eróticas o haciendo invitaciones para conocerse personalmente. Es en ese momento, cuando se corre el riesgo de un abuso sexual'.
En Colombia, el grooming no esta tipificado como un delito, sin embargo, se debe tener en cuenta que al incurrir en este riesgo, el victimario busca establecer contacto con un menor de 18 años con fines sexuales y esto se considera Pornografía Infantil, y esto si es un delito.
LAS ETAPAS
La forma más eficaz de detectar el grooming es conociendo las cuatro fases de su desarrollo.
1. Enganche: Aquí el acosador formula interrogantes al menor con el fin de conocerlo. El predador busca alimentar la confianza del niño, por lo que no hará preguntas que puedan asustarlo. Edad, lugar donde vive y gustos son los tres factores de interés en esta fase.
2.Fidelización: En esta etapa el acosador quiere que el niño se apegue a él para garantizar que el contacto no se pierda. Por ello lo hace sentir como una persona agradable y elogiará sus preferencias para ganárselo.
3. Seducción: Como ya ha conseguido halagarlo, ahora el niño se sentirá en deuda por lo que fácilmente accederá a peticiones del ‘ciberdelincuente’. Aquí, este acosador aprovechará para pedirle fotos e intercambiar imágenes comprometedoras.
4. Acoso: Al tener en su poder toda la información que requería, el acosador procederá a entablar una relación sexual, aunque al inicio sea virtual. En esta fase, el victimario puede mostrarse tal cual es y realizar chantajes y amenazas.
IDENTIFICAR Y EVITAR
Los adultos deben alertarse si encuentran pornografía en el computador del menor o en su teléfono celular; si recibe o hace llamadas a números desconocidos; si recibe regalos anónimos; si se aparta de la familia y si usa diferentes cuentas electrónicas.
Expertos recomiendan a padres ubicar el computador en un lugar central de la casa donde puedan vigilar la actividad en línea de los niños; también controlar el uso que hacen de la cámara web, escáner y cámara del ‘smartphone’. De igual foma, es vital supervisar la información y fotos que publican de sí mismos en las redes sociales y chats e invitarlos a bloquear y hablar de cualquier persona o situación que encuentren incómoda.
HERRAMIENTAS PARA COMBATIRLO
La viceministra TIC indicó que desde el Ministerio existe una alianza con ‘Te Protejo’ (www.teprotejo.org) que es un canal de denuncia virtual para reportar contenidos ilegales y/o que ponen en riesgo a los menores de 18 años, principalmente pornografía, abuso y explotación sexual en la infancia y la adolescencia a través de las TIC, en especial los contenidos publicados en Internet.
Además se cuenta con el Centro Cibernético Policial que cuenta con el CAI virtual, la primera iniciativa de atención policial online al delito en Iberoamérica.
¿CÓMO SE DEBE ACTUAR?
Si se detecta un posible caso de grooming, lo que el adulto debe hacer es conversar con el niño o la niña víctima, sin culparlo y avergonzarlo. Hay que tener en cuenta que el poder del abusador es la vergüenza del niño o niña por lo tanto el adulto debe evitar a toda costa afianzar esa vergüenza y permitir que el niño o niña cuente con la mayor sinceridad y libertad lo que le pasó. Una vez el adulto identifique este acoso debe denunciar el perfil del acosador, analizar el tipo de delito que se llegó a configurar, ya que no será lo mismo si hubo un encuentro personal o si no traspasó la web; e instaurar la denuncia ante la Fiscalía aportando todas las pruebas por lo que será necesario no borrar conversaciones y fotografiar o capturar la pantalla y almacenarlas en algún dispositivo.
Recuerde que lo más importante es monitorear la actividad de los niños, estar alerta y no dar ‘ciberpapaya’.