En los barrios pobres de la capital de Intilaka y Tadamen, dominados por salafistas, se produjeron actos de vandalismo, y robos a comercios y a un banco.
El plan impone, asimismo, el estado de emergencia en todo el país por espacio de un mes.
El operativo tuvo lugar en una zona de la región de Gafsa. En el grupo terrorista Falanges Okba Ibn Nafáa militan tunecinos, argelinos y marroquíes.
Estos sujetos habrían ayudado a Yasine Labidi y Saber Jachnaui, los autores materiales de la tragedia. Papa Francisco lamentó el hecho.