Ghislaine Maxwell alegó que podía contagiarse de COVID-19 en la cárcel como su razón principal.
Con los menores en su poder, la mujer buscaba benefactores asegurándoles que era para la manutención. No obstante, las donaciones que recibia eran vendidas para obtener dinero en efectivo y cubrir gastos personales.
Las autoridades iban tras varios capos y, especialmente, tras 40 mujeres venezolanas que estaban retenidas en contra de su voluntad, pero el cabecilla de la banda alcanzó a fugarse junto con varios de sus cómplices.
Alias María, según la Fiscalía, manejaba una red transnacional de trata de personas que opera en el centro del Valle del Cauca. Reclutaba mujeres entre 18 y 25 años.
Las víctimas eran enviadas a China para ser prostituidas.