La habitación es conocida con ese nombre porque históricamente es el lugar donde el elegido podía permanecer tranquilo un momento y, eventualmente, rezar y llorar para desahogar la tensión acumulada.
Muchos empezaron a aplaudir rítmicamente como para pedir que se acelerase la fumata, mientras otros grupos se dedicaban a cantar para pasar la larga espera.
De la Capilla Sixtina salió un humo negro en la tarde de este miércoles, lo que indica que los cardenales aún no han escogido al sumo pontífice.
La gente espera sobre todo una eventual fumata blanca que anuncie a un nuevo pontífice para asistir a su presentación oficial al mundo desde el balcón de la basílica vaticana.
Spengler, uno de los siete cardenales brasileños que participará en el cónclave, opinó que la elección del nuevo papa puede extenderse “dos o tres días”.