Tal vez esto se deba a que quienes lideran las naciones están muy lejos de la experiencia vivida por Roosevelt y Churchill, o porque, aun conociendo el nivel de devastación humana que estos hechos pueden provocar —y que ya están provocando—, prefieren un pragmatismo basado en el uso de la fuerza y el poder en lugar de la justicia y la paz.
La firma se produce el mismo día en que Trump tiene previsto reunirse en el Despacho Oval de la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El ente de la ONU advierte que hay 51.938 personas desplazadas y 5.178 confinadas.
La Organización de Naciones Unidas hizo un llamado al país norteamericano para que respete también a los migrantes ilegales en sus vuelos de repatriación, aunque destacó que Estados Unidos “tiene derecho a proteger sus fronteras y establecer sus políticas”.
Antonio Guterres condenó “los asesinatos de civiles, incluidos excombatientes que firmaron el Acuerdo de Paz”.