Édgar Fabián Cáceres Arias, de 25 años y oriundo de Pamplona, Santander, aparentemente era víctima de extorsiones por parte del grupo armado ‘los Pepes’. Tenía negocios de comida y licores en Antioquia.
El sujeto pedía 2 millones de pesos al comerciante a cambio de no atentar contra su vida y sus familiares.
El Departamento vivió un 2024 marcado por un fenómeno criminal que afectó tanto a los comerciantes como a la población en general. En cuestión de meses, la violencia y las amenazas se expandieron, cobrando vidas y alterando la vida cotidiana de los ciudadanos.
Noviembre fue un mes sombrío para la empresa de giros y apuestas. Sufrió violentos ataques y amenazas: desde el asesinato de una joven empleada hasta tiroteos en Barranquilla. A pesar de la incertidumbre, la empresa sigue luchando por reabrir sus puertas.
En Barranquilla, la estructuración de un equipo de seguridad de alto nivel, integrado por oficiales en retiro, iniciativa del alcalde Alejandro Char, quien ha expresado públicamente su preocupación por el devastador impacto de la extorsión, genera una enorme expectativa. Su papel puede llegar a ser decisivo para cambiar esta asfixiante dinámica criminal. Mientras, no podemos aceptar el juego malévolo de los extorsionistas: ni indiferencia, ni complicidad, ni impunidad. Esta tiene que ser una causa que nos una a todos con gran sentido de la responsabilidad, necesitamos avanzar porque nuestro futuro depende de ello.