En el culmen del cónclave político, la demócrata no ahorró esfuerzos para presentarse como una líder realista, práctica y con sentido común, pero sobre todo, como la única opción capaz de frenar a un Trump “sin límites”, al que retrató como un hombre “poco serio”, que se sirve a sí mismo, mientras enumeró los riesgos o amenazas que traería consigo su regreso a la Casa Blanca. El asunto quedó claro: Harris –unidad, libertad y esperanza- se sitúa en las antípodas de Trump –odio, división y confrontación-. Dos modelos de país que se enfrentan en las urnas, ¡usted elige!
El Gobierno se llena la boca diciendo que ningún otro Ejecutivo ha estado tan comprometido con la Mojana como este. Pero, sin resultados concretos, son solo palabras vacías. Los dignos mojaneros no quieren que les den comida, sino medios para producirla, como lo han hecho siempre, por eso ruegan que les cierren Cara ‘e gato. A estas alturas, la tragedia invernal de 2010-2011 palidece ante esta catástrofe que de momento no se le pronostica rápida solución.
Sustentando sus argumentos, la Anla señala que no es por capricho que demore sus decisiones de licenciamiento ambiental, sino por responsabilidad. Válido. Tampoco es capricho insistir en que si no se aceleran resoluciones que autoricen realizar las obras en la vía Ciénaga-Barranquilla se corre el riesgo de que esta se cierre o colapse ante la gravedad de la imparable erosión costera. Basta ir y echar un vistazo. Ha sido una incoherencia inexcusable que las iniciativas no se ejecutaran en los tiempos señalados ni de forma simultánea. Solo cabe rectificar, apostando por licencias parciales que faciliten concretar proyectos tan necesarios que no admiten más retrasos.
Necesitamos solidaridad de todos los actores de la cadena energética, también de transmisores y distribuidores que deben asegurar descuentos en este ‘todos ponen’. La salida a una crisis tan profunda no llegará únicamente de la mano de la generación, componente que corresponde al 35 % del monto final del costo de energía. La opción tarifaria y las pérdidas representan entre el 25 y el 30 % del total de la factura en el Caribe, en tanto en el resto del país equivale a solo el 12 %. Menos aún se discute qué hacer con el cobro por alumbrado público, seguridad o aseo, que pesa hasta 30 % en el valor de la factura, en ocasiones. Si al final, generadores y comercializadoras acuerdan condiciones favorables para la compra de energía en contratos de largo plazo y se ajusta el valor de los actuales, pero no se logra el efecto esperado, ¿cuál es el plan B?
Aunque aún es muy prematuro para establecer con claridad lo que pasó, lo cierto es que lo ocurrido, como casi todas las historias de colapsos de vías y puentes en Colombia, conduce a la trillada frase de que se trataba de la crónica de una tragedia anunciada.