Hasta ahora el golpe más fuerte de la milicia chií ha sido la muerte de se secretario general, Hasán Nasralá, en un bombardeo israelí en Beirut.
Se estima que unas 10.000 personas siguen bajo los escombros, de donde los equipos de Defensa Civil y de emergencias no pueden recuperar los cuerpos por la intensidad de los ataques.
El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, destacó la urgencia de movilizar la ayuda humanitaria internacional para acudir en su auxilio, así como los recursos necesarios para este fin.
Al menos 102 trabajadores sanitarios han sido asesinados y otros 225 han resultado heridos como consecuencia de la campaña israelí contra el país mediterráneo.
Los ataques contra varias regiones del país árabe y su capital ha causado ya más de 600 muertos y miles de heridos.