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Antes de arribar al Polideportivo del Colegio de Comfasucre, en el barrio El Cortijo, de Sincelejo, para liderar el ‘Gran Foro Nacional para el cambio de la salud’, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo llegó al Hospital Universitario de Sincelejo (HUS).

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En el auditorio del ente asistencial, que es el absorbente de la red de salud pública de Sucre, el jefe de la cartera de salud escuchó a los miembros del sindicato y a algunos empleados que no vacilaron en denunciar la grave crisis que enfrentan en sus hogares por no recibir a tiempo los pagos por los servicios que prestan, y lo que es peor, no se atreven a realizar paros o plantones porque al gerente Ezequiel Díaz Navarro no le gusta y los amenaza con despedirlos.

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Los empleados de planta informaron que les deben tres meses de salario y el reajuste salarial, mientras que a los de cooperativas les adeudan 9 meses, es decir, han trabajado todo este 2024 sin recibir salario.

El ministro Jaramillo, que antes de escucharlos recorrió la sede del HUS en compañía de una comitiva que integraban, entre otros, el diputado de la oposición Mario Fernández Alcocer, se comprometió a realizar unas mejoras en la infraestructura, en especial en el área de ginecobstetricia dado que es de primer nivel, y a poner en uso el cuarto piso, ya que “así no se puede contratar si no se tienen todos los servicios disponibles”.

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Sobre las deudas dijo que no era un tema de su resorte, porque su patrono en ese caso es la Gobernación, y sobre la fusión por absorción se comprometió a enviar una comisión de la Supersalud para revisarlo, pero dejó en claro que era un asunto que venía trabajando con el gobernador anterior y al “incumplir con todo corté relaciones con él. Empezaron a llenar esto de clientela y no de personal asistencial”.

Una de las enfermeras dijo que con la fusión lo que se fortaleció fue la parte asistencial, “contratando tres contadores y demás con sueldos altos, mientras que el personal asistencial no llega ni al 1%”, dijo la empleada.