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En su homilía de la vigilia de Navidad en la catedral San Francisco de Asís, donde concurrieron centenares de fieles, monseñor José Clavijo Méndez, obispo de Sincelejo, invitó a acercarse a los pobres.

'Tengamos presentes a tantos pobres que hay en nuestro alrededor, y que la Navidad nos acerque a ellos de alguna forma para llevarles consuelo y la esperanza. No para hacer sentir nuestra prepotencia ni para hacerles pesar nuestra caridad, sino para estrechar sus manos y abrazar sus hombros y besar sus caras sucias', sostuvo.

El prelado señaló que no hay que dejarse llevar por el consumismo y que se debe compartir lo que se tiene con los más pobres y necesitados, y aclaró que lo más importante que se les puede llevar es la presencia de Jesucristo.

'Haremos muchísimo mejor y, sobre todo, haremos que Jesucristo nazca en ellos y en nosotros, porque la evangelización se hace con palabras, pero, sobre todo, con obras. Que seamos ángeles que anuncian allí donde hay personas necesitadas'

Más temprano, el jerarca celebró la Navidad con los internos de los cinco patios de la cárcel La Vega, en Sincelejo, y recalcó que son hermanos de todos, semejantes, y que aunque muchos piensen que son miserables por sus condiciones humanas deplorables, espirituales y personales, es donde Jesús busca nacer.

'Porque aquel que fue a nacer en un pesebre y no en un palacio demostró con ese gesto que ama al hombre no solamente cuando es bueno, cuando hace las cosas correctamente. Es más, Él dijo: ‘Yo no he venido por los que están bien, sino por los que están mal; yo no he venido por los que no necesitan conversión, sino por aquellos que necesitan de la conversión’.

Y añadió que 'allí donde hay un pobre, un desgraciado a quien la gente rechaza por antisocial, o por su forma de vestir, o por su forma de ser, allí nace Jesucristo, allí golpea Jesucristo a la puerta pidiendo entrar'.