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A sus escasos 23 años Jorge Luis Manchego Díaz ha tenido que enfrentar los horrores de la guerra: la desaparición de su padre y de un tío, luego el hallazgo sin vida de estos en fosas y ahora la entrega de los restos para su cristiana sepultura.

No los conoció. Esta última misión la tuvo este viernes con los restos de su tío Edgar José Tovar Cortinez. Un año antes ya lo había hecho con los de su padre Jorge Eliécer.

A Jorge Luis le ha correspondido sepultar a los suyos sin haberlos conocido. En el caso de su padre dice que él tenía dos años cuando lo desaparecieron y él muy poco había compartido con él. El único recuerdo que tiene es que trabajaba en una mina y revendía oro. Eran nativos del Sur de Bolívar.

Este viernes, después de las 10:00 de la mañana, emprendió un viaje con algunos de sus familiares hacia el municipio de Galeras, en Sucre, donde fueron sepultados los restos de su tío Edgar José.

Casi al mismo tiempo, Blas José Arrieta Bohórquez junto a otros familiares viajó hacia El Carmen, en Bolívar, para sepultar a su hermano Edilberto de Jesús.

De este último no tenían noticias desde el 18 de junio de 1996 cuando un grupo armado ilegal lo desapareció.

Asegura Blas José que fueron 23 años de angustia por Edilberto, y su voz se quiebra al recordar que sus padres murieron sin saber la suerte de Edilberto.

'Para nosotros, esta entrega de sus restos es un descanso para el alma. Mi hermano fue sacado de Caracolí, en El Carmen. Se lo llevó un grupo armado y las autoridades lo encontraron hace un año y hasta ahora nos lo entregan', dijo Blas.

Edilberto tenía 33 años cuando lo desaparecieron y era padre de 5 muchachos. Se dedicaba a la agricultura.