En momentos en que muchas personas en el país, entre ellos algunas víctimas, aún no creen en la verdadera paz tras la dejación de las armas por parte de la guerrilla de las Farc y la firma del acuerdo con el Gobierno Nacional, el obispo emérito de Cúcuta, monseñor Julio César Vidal Ortiz, invita a todos a creer en ella y a cuidarla.
A su paso por el departamento de Sucre donde estuvo invitado a la celebración de varias ceremonias de Semana Santa, el prelado de la Iglesia Católica se mostró optimista por la paz de este país, en la que él cree y considera que 'todos debemos creer, aunque haya que hacerle muchos ajustes'.
Dice que lo que se ha logrado es muy grande, al tiempo que reconoce que existen personas muy reacias a la paz porque hay algunos elementos que no tienen la total claridad.
'Los ajustes que yo creo se deben hacer tienen que ver con que se garantice la total confesión de lo que está cometido, es decir, que el grupo que sea debe decir dónde están los muertos, dónde están los secuestrados, dónde están los desaparecidos, dónde están los niños, dónde está el dinero', anota el Obispo.
Y agrega que indudablemente es necesario el arrepentimiento, es decir, un reconocimiento de que se ha hecho un mal y por supuesto se necesita la verdad y la reparación de acuerdo con las normas legales.
A Vidal Ortiz el país le reconoce sus buenos oficios en pro de la paz, puesto que hizo posible el acercamiento de grupos armados al margen de la ley con el Gobierno Nacional y asegura estar dispuesto a realizar lo que sea necesario para que esta paz de ahora se conserve y se sigan buscando más escenarios de paz en este país que tanto los necesita.
'La paz es el don de Cristo resucitado y por eso nadie se puede negar a trabajar por ella. En esa ocasión lo hice por mandato de la misma Conferencia Episcopal Colombiana junto con otros dos obispos', dijo Vidal.
Estuvo además mediando con las Bacrim durante dos años, 'haciéndoles entender que la muerte no es la solución', dijo.
Recordó que el episcopado es esencialmente para tres cosas: anunciar el evangelio, santificar y conducir la comunidad y en este caso en concreto hay que llevarla a tener un corazón limpio y desarmado para estar en paz consigo mismo y con el resto de la sociedad.
Recomendó además cuidar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) porque ese, a su juicio, es un mecanismo muy importante y apropiado para el país.
El camino de Colombia
En criterio del Obispo emérito de Cúcuta el país, tarde o temprano, a pesar de que se está en una actitud de mucha controversia, tiene que encaminarse hacia la reconciliación y la paz porque no queda otra alternativa, además 'esas son las consecuencias de una Nación civilizada'.
Finalmente monseñor Julio César Vidal Ortiz reconoció que la situación que vive hoy el país con el Clan del Golfo y sus malas actuaciones 'es muy complicada porque hay un combustible que se escapa a toda actitud política y a toda dirección y es el narcotráfico. Entonces cuando un grupo, cualquiera que sea, solo busca el beneficio personal a través del narcotráfico no hay esperanza. Ese grupo indudablemente no captará ni comprenderá la grandeza de la paz y la necesidad que tiene el país de la paz. Por eso le invitamos a todos los grupos que así como acudieron a mí y yo les abrí puertas con el presidente Santos, que lo hagan por la paz de Colombia y de las futuras generaciones', puntualizó.