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Quién lo creyera, Sucre-Sucreel pueblo que habitó el nobel Gabriel García Márquez y que tanto inspiró sus obras, fue descartado por la Presidencia de la República para llevar a cabo este sábado 9 de febrero el taller comunitario Construyendo País.

Las razones, de tipo logístico, no han caído bien entre los habitantes de Sucre – Sucre, en especial los líderes que desde siempre han soñado con este momento, dado el notable triunfo de Iván Duque en las urnas de ese pedazo de la Mojana.

Solo para la llegada de la avanzada presidencial, es decir, para albergar a las 150 personas encargadas de acondicionar el sitio para el evento, eran necesarios muchos hoteles, y aquí, en este Macondo, solo hay cuatro sitios para alojamiento. No son hoteles, y el más cotizado tiene solo cuatro habitaciones pequeñas con baño interno, aire acondicionado, abanico y un modesto televisor.

No hay muchos restaurantes propiamente constituidos, el hospital funciona temporalmente en un sitio acondicionado para tal fin porque el original está en construcción, el matadero, dicen los propios pobladores, es antihigiénico; y lo peor, llegar al municipio en esta época de sequía es una tortura.

Los caminos a Sucre-Sucre

Es el municipio más alejado del Departamento. De Sincelejo, por vía terrestre, lo separan 6 horas y media en temporada seca y cuando ha llovido son hasta 8 contando con que la camioneta 4x4 que viaja a la zona no quede atollada en el barro ni sea necesario buscar un remolque por el que el conductor debe pagar hasta 50 mil pesos, lo que equivale a un pasaje en cabina y con aire acondicionado, libre del polvorín, en especial del que hay en los 56 kilómetros que separan a Miraflores de la cabecera de Sucre – Sucre.

Esta es una vía en muy malas condiciones, tanto así que transitarla gasta unas 4 horas y el panorama que se ve en este tiempo es desolador por los estragos no solo de la sequía, sino también por los del fuerte invierno de 2010-2011.

Esta carretera es la obra que en medio del cúmulo de peticiones al Presidente Iván Duque, que se ha comprometido visitarlos en marzo, es la prioridad.

'Nosotros teniendo esta vía buena lo tenemos todo. Podemos salir más rápido y quizás a menos costos de la zona y eso permitirá también la comercialización de los productos que aquí se cultivan. La gente tendría una mejor calidad de vida', asegura un nativo del municipio de San Pedro que labora en Sucre-Sucre y viaja allá cada fin de semana.

Y eso no es todo, solo una empresa, Ballegon, presta el servicio de transporte terrestre que está sujeto a la cantidad de pasajeros. Por eso hay días en los que de Sucre – Sucre solo sale y entra una camioneta a la que nunca le falta carga, de cualquier naturaleza, por llevar sobre la cabina.

Y si decide irse por la vía acuática – lo que no es posible ante este crudo verano y al proyecto Hidroituango que ya secaron los ríos Cauca y Magdalena—, hay que trasladarse desde Sincelejo hasta el puerto fluvial de Magangué (Bolívar) en un trayecto vial de más de una hora de camino.

Al llegar a Magangué debe esperar las horas previstas para la salida de las embarcaciones hacia Sucre-Sucre, la tierra inspiradora de la obra Gabo. En ese trayecto se gastan de tres a tres horas y media.

Tanto por tierra como por agua los costos de los pasajes oscilan entre 50 mil y 55 mil pesos y en ambos casos el transporte no es permanente, tiene sus horas. Por ejemplo, desde Sucre –Sucre salen dos embarcaciones, una a las 5:00 de la mañana y la otra a las 12:30 del mediodía, y en las camionetas Ballegon la situación es similar, aunque hay dos viajes más. Pero lo cierto es que, después de la 1:00 de la tarde, quien no salió de ese pueblo en transporte público ya no lo hará y deberá esperar hasta al día siguiente, solo si separó su cupo.