Hoy es 20 de enero, una fecha memorable en la historia de Sincelejo, pues hace 39 años los palcos de aquella corraleja de tres niveles se vinieron al piso dejando una estela de muerte, dolor y heridos.
La llamada fiesta buena, la fiesta en corraleja, se paralizó por muchos años, pero con el tiempo regresó por iniciativa de empresarios que lograron revivirlas.
Desde ese entonces, con un solo piso, lograron atraer a cientos de amantes de la fiesta brava, no solo de Sucre sino también de Córdoba, Bolívar y Antioquia; de todo el país y del mundo entero.
Los palcos se volvieron a engalanar, como dice la canción de Rubén Darío Salcedo, la que desde hace 5 años es historia porque las fiestas del 20 de enero ya no tienen corralejas.
Las manifestaciones culturales y otro tipo de espectáculos son los que predominan en la programación que sí atrae turistas, pero no tantos como los de las corralejas.
Inis Amador Paternina, abogado, historiador y amante de la fiesta brava, es uno de los que ratifica que el 20 de Enero sin corralejas ya no es 20 de enero. No lo hace desde su única perspectiva porque, aduce, es el reclamo de todo un pueblo que quiere revivir la tradición.
'El tema que más suena es el Veinte de Enero, de Rubén Darío Salcedo, donde se mencionan las corralejas. Suena diez mil veces en estos días de fiesta. El paradigma lo tiene la gente que reclama como pueblo la recuperación de las corralejas defendiendo la tradición porque sin ellas ya esto no es lo mismo', expresó.
Para él, las festividades del 20 de enero podrían atraer mayor número de turistas del mundo, pero mejorándolas, sin sangre como, a su juicio, se deben hacer.
'La actual se convierte en una fiesta insulsa, de poco arraigo repitiendo los mismos desfiles con el mismo esquema y si se mejora lo anterior podríamos contribuir a la economía naranja que propone el Gobierno. Los nativos son los que proclaman y quieren las corralejas del 20 de enero, es una tradición que reclama la ciudadanía', aseguró.
Un barrio olvidado
Pero si por el lado de las corralejas llueve, por el del olvido en el que se encuentra el barrio insigne de Sincelejo no escampa.
Algo asombroso está pasando en el barrio 20 de Enero de Sincelejo. En lo que debería ser el sitio de encuentros culturales y una extensión de las festividades enerinas solo se ven calles solitarias en las que las casas no tienen un elemento decorativo que demuestre que el espíritu festivo está vivo. Por el contrario, hay problemas con los servicios públicos, infinidades de necesidades y falta de apoyo del Gobierno local.
El presidente de la Junta de Acción Comunal (JAL), Orlando Villamizar, dio a conocer que en el casi medio siglo que tiene de existencia el barrio es poco lo que ha ganado como comunidad. Eso quiere decir que los habitantes de este populoso sector se sienten relegados a la espera de ser tenidos en cuenta para inversión social.
'Las obras que se han hecho aquí son gestión de los anteriores comunales, pero hace falta mucho más. Tenemos problemas con el alcantarillado, el acueducto y a veces con la energía. Hay constantes rebosamiento de los manjoles y muchas personas vierten las aguas servidas a la calle. Eso le da una cara fea al sector', dijo el líder.
La obra insigne del sector, el Estadio de Béisbol 20 de Enero, también padece los problemas. Su mal estado hace que los habitantes de los alrededores se sientan inseguros e igualmente desprotegidos, por eso solicitan que sea remodelado lo más pronto posible para gozar de un sitio digno que los siga representando.
Tanto el Gobernador como el Alcalde de Sincelejo han anunciado la construcción del nuevo escenario, que ya no llevará el nombre de 20 de enero sino el de Jorge Mario Alfaro, una de las figuras del béisbol sucreño que hoy está en la gran carpa.
Villamizar cree que como el barrio pertenece a la comuna 3, una de las más grandes, sufre los problemas de inseguridad al tener el patrullaje de solo dos policías cada cierto tiempo.
'Cuando llaman a los agentes por alguna emergencia están en otros sectores lejos lo que hace que la reacción sea tardía', denunció.
En este barrio no hay programado ningún evento en el que se conmemore la fecha, una muestra más de lo sobria que es la celebración en él.
Donde hoy si llegarán algunas personas es al Cementerio Central de Sincelejo, donde están sepultadas algunas de las víctimas de la tragedia de 1980 y por la cual hoy el Municipio de Sincelejo aún sigue pagándole al Gobierno nacional (Ministerio de Hacienda) el dinero que, para aquel entonces, prestó para indemnizaciones y otros gastos propios de este hecho que inmortalizó la fecha.
Cinco años sin corralejas en Sincelejo
En Sincelejo desde hace 5 años no se realizan las fiestas en corralejas. Fue en el último año de mandato del entonces alcalde Jairo Fernández Quessep, familiar del actual, cuando paralizaron la realización de esta fiesta que para muchos es catalogada como tradición.
Las razones que en su momento hubo para la no realización de la llamada fiesta brava fueron netamente de seguridad y, tal parece, que esta ha sido la consideración del alcalde Jacobo Quessep Espinosa para no realizarlas durante su mandato.
A esto se suma que, según el burgomaestre, los empresarios no han mostrado interés en la realización de esta fiesta porque para ello es necesario una póliza que muy probablemente ninguna aseguradora quiera vender, dado que con ello el Municipio se blinda de responsabilidades, porque aún paga la deuda de la tragedia de hace 39 años que fue millonaria.
Y aunque en Sincelejo no se realiza esta fiesta, en otros municipios de Sucre sí, las próximas serán a principios de febrero en San Antonio de Palmito.
De luto
500 muertos
La tarde del 20 de enero de 1980, bajo la inclemente lluvia en Sincelejo, uno de los palcos de la corraleja resbaló por el sobrecupo, ocasionando la muerte de 500 personas.
El accidente dejó una mancha eterna en la celebración, que lleva seis años sin organizar corralejas.
Hoy, en otro 20 de enero, no hay evento alguno para honrar la memoria de quienes hace 39 años perdieron la vida en la tragedia.
La construcción de la memoria histórica sobre este tema en Sincelejo pareciera no existir, cuando aún viven los lesionados del accidente.