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Atraídas por las delicias del maíz, cientos de familias de Sincelejo se dieron cita este domingo en el corregimiento La Gallera, donde no solo le dieron gusto al paladar, sino que también contribuyeron con las obras de construcción de la casa parroquial y la ampliación del templo.

Once mil 200 mazorcas traídas de los campos de Chinulito –una población azotada por la violencia en los Montes de María– fueron necesarias para la preparación de bollos, buñuelos, mazamorra, tortas, arepas, chicha y hasta arroz. Este último fue la innovación porque iba acompañado de carne, pollo y butifarra.

Las delicias del maíz fueron acompañadas con queso, chicharrones, suero, pinchos y cerdo asado, algunos de estos productos fueron donados por particulares y gente del comercio que siempre se ha unido a este festival.

Familias enteras llegaron desde las 8:00 de la mañana y se congregaron frente a la sede de la Institución Educativa donde fueron instaladas mesas y sillas debajo de unas carpas plásticas. Fue un domingo de camping para los visitantes, mientras que para los nativos un domingo de mucho trabajo en tanto que todos en el pueblo, sin distingo de clase social y edad, se unieron para hacer de este el mejor evento.

Angélica Mercado Ortega, una de las organizadoras, dijo que los seis primeros años de este Festival tuvieron como objeto el rescate de la cultura y tradición de los pueblos indígenas que se basa en el maíz, pero en los últimos cuatro años su anhelo es construir y mejorar cada vez más la Iglesia Católica que también impulsa esta iniciativa a través de los padres claretianos que hacen presencia en esta zona ubicada a un costado de la vía que une a Sincelejo con Montería.

'Al inicio fue un festival para el rescate de la cultura y después ha sido para recolectar fondos para la Iglesia. Además con esto le estamos afianzando a nuestros niños el amor por nuestras tradiciones', anota Angélica Mercado.

Cuatro meses antes del Festival, los habitantes de La Gallera se reúnen a coordinar las actividades a realizar para recaudar los fondos que permiten la adquisición de la materia prima, fue así como a través de estos lograron comprar los 80 bultos de mazorcas, cada uno con 140 de estas.

Pabla Paternina Arrieta celebra con gozo el entusiasmo que ella y todos sus vecinos le ponen a la realización del Festival. Asegura que cada vez son más las familias que se unen a este.