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Detrás de los muebles de lujo en los que se han convertido los comedores escolares de los 26 municipios de Sucre por el incierto inicio del célebre Programa de Alimentación Escolar (PAE), hay tres cifras determinantes para que en las mesas haya lo que los niños esperan: comida.

La primera es responsabilidad del Gobierno nacional, que concibió el PAE y que no ha enviado el presupuesto para que este empiece a funcionar. El Ministerio de Educación, que ya firmó la orden de pago, debe a Sucre $6.000 millones. El apoyo se redujo casi a la mitad en comparación con el del año pasado, que fue de $13.000 millones.

La segunda son los $7.800 millones que desea aportar la Gobernación de Sucre y a los que para ser contantes y sonantes les falta pasar por dos debates en la Asamblea Departamental, que, se esperan, los autorice en una ordenanza. Después hay que esperar a que la plata sea girada a las cuentas de la administración departamental, donde solo quedaron $580.000 del PAE 2017.

La tercera son los 138,857 estudiantes matriculados en colegios oficiales de Sucre a corte del 15 febrero, que tienen derecho a la alimentación escolar, empezando, como lo dispuso la Gobernación, por las escuelas rurales más apartadas. El número de estudiantes aumentará en los próximos días, según la proyección de las autoridades de educación.

'La pelea que tenemos –y estamos en pro de la conquista de esos recursos para que el PAE llegue a donde debe llegar- es que el PAE está desfinanciado en todos los departamentos y que se ha entregado su responsabilidad absoluta, casi obligada, a los departamentos. Vamos a prestar el servicio, pero queremos que el Gobierno apoye económicamente y no que recorte los recursos. Con lo que hay y con lo que tengamos se trabajará', explicó Tulio Oviedo Hernández, secretario de Educación de Sucre.

El otro indicador es el tedioso, pero obligatorio trámite de 45 días que durará, según Hernando Pérez Mendivil, secretario de Hacienda de Sucre, la licitación y su adjudicación al nuevo operador.

La cifra más preocupante, porque influye en que los alumnos se retiren del colegio, son los 18 días de clases que llevan estos sin recibir comida en sus planteles y que serán, contando los 45 días del proceso de licitación, una espera hasta mediados de abril, haciendo cuentas alegres.

Lo más preocupante es que los cerca de $13.800 millones con los que cuenta la Gobernación de Sucre no alcanzarán para atender todo el año la demanda de alimentación en los colegios.

'Habrá que dialogar muy bien este tema con los alcaldes y los secretarios de Educación de los municipios para mejorar y ver cómo se puede buscar una alternativa, que con los dineros que les llegan a los municipios sean empleados muy acuciosamente en beneficio de los niños', reconoció Oviedo.