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Quería pasar desapercibida, baja su cabeza y arregla su cabello, tenía pena y no lo ocultaba; Valeria Arrieta Meléndez, de 26 años, se encontraba sentada en la primera fila, en la de las mujeres, con las que se siempre ha estado desde que ingresó al colegio.

Parecía una más en el grupo, pero no, era especial y sus compañeros lo sabían, el miedo de un momento a otro desapareció y con la elegancia que siempre la ha caracterizado, salió al frente a dar los agradecimientos por ser aceptada en el salón de clases.

'Voy a hablar muy poco porque mi voz se entre corta, yo he sufrido mucho, soy una chicha trans de Sincelejo, y al terminar mis estudios pude demostrar que nosotras no nacimos para ser prostitutas o peluqueras, sino que tenemos todas las habilidades y espero que mis compañeras tomen mi ejemplo', dijo en su discurso.

La mañana del viernes fue una de los 120 estudiantes que recibieron grado de bachiller en la Institución Educativa Luis Carlos Galán que a raíz de su caso se convirtió en el primer colegio donde graduaron a una trans.