Durante la temporada navideña, los hogares no solo se llenan de luces y adornos, sino también de pequeños rituales simbólicos que buscan atraer bienestar para el año que comienza.
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Uno de los más populares en los últimos años es colocar canela en el árbol de Navidad, una práctica que combina aroma, intención y tradición.
Aunque no tiene un origen religioso, este gesto se ha difundido como una forma de invitar la prosperidad, la armonía y la abundancia al hogar, convirtiéndose en un detalle cada vez más común dentro de la decoración decembrina.

La canela ha sido valorada históricamente por su simbolismo energético. En distintas culturas se le asocia con la buena fortuna, la protección del hogar y la atracción de oportunidades positivas, conceptos que encajan con el espíritu de cierre de año y nuevos comienzos.
Por esta razón, muchas familias la integran al árbol como un símbolo de deseos positivos para el ciclo que inicia, más allá de creencias religiosas o tradiciones formales. Es un acto voluntario que busca reforzar intenciones personales y familiares.

La canela huele delicioso, pues su fragancia cálida y especiada ayuda a crear una atmósfera acogedora, ideal para los encuentros familiares propios de diciembre.
¿Cómo incorporar canela al árbol de Navidad?
- Colgar ramitas de canela atadas con hilo natural o cinta decorativa.
- Ubicar pequeños saquitos aromáticos entre las ramas.
- Combinar la canela con rodajas de naranja deshidratada para potenciar el aroma.
- Incluirla en centros de mesa o arreglos cercanos al árbol, reforzando el perfume del espacio.




















