La lengua más rápida de Colombia, ese cantautor que con su habilidad y picardía única hizo rimar a todo un país gracias a sus trabalenguas, habría llegado este 14 de junio al siglo de vida. Se trata del cartagenero Eliseo Nicolás Herrera Junco, el músico que llevó el trabalenguas al pentagrama de la Música Tropical colombiana y que, con su inconfundible estilo, conquistó escenarios con temas como: La adivinanza, Tres tigres, La adivinanza, Del tingo al tango o Chula vende chicha, con los cuales envolvió a todo un país.
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Además de ser considerado el ‘Rey del Trabalenguas’, el talento de este carismático intérprete que falleció el 5 de marzo de 2016, también se evidenció en paseaítos y cumbias como: La burrita, Tres puntá, El pájaro picón, La culebra cascabel y El vampiro, este último grabado por el dominicano Wilfrido Vargas.
Otras figuras como Juan Luis Guerra y el afamado director de orquestas francés Franck Pourcel se interesaron por su música, al punto que Pourcel grabó su versión de La burrita.
Su paso por Los Corraleros de Majagual marcó una época dorada, al lado de gigantes como Alfredo Gutiérrez y Fruko, quienes hoy lo recuerdan como un genio musical, un hombre humilde y un ícono de la cultura caribe.

En homenaje a sus 100 años de natalicio, EL HERALDO dialogó con su bisnieto y heredero artístico Fabián Herrera, y también con dos de los músicos más importantes que compartieron tarima y grabaciones a su lado: Fruko y Alfredo Gutiérrez.
Del puerto a la tarima
Julio Ernesto Estrada ‘Fruko’, lo describió como una mente brillante y un verdadero showman. Lo conoció en 1965 con Los Corraleros de Majagual, cuando llegó para interpretar La burrita. “Yo conocía de su trayectoria, había grabado La zampá y Bombo y Maraca. “Su elocuencia y sabor indescifrable fue único. Lo estuve acompañando con el timbal en grabaciones, recibió el llamado de Los Melódicos de Venezuela, pero él estaba muy arraigado en Cartagena, donde además tenía un trabajo en Colpuertos como estibador, donde es descubierto por el fallecido periodista Marco T. Barros quien quedó tan perplejo con su talento que no dudó en buscarle una cita en Discos Fuentes con el mismo Toño Fuentes, donde de inmediato pasó a grabar varias de sus composiciones”.
Fruko recuerda que Eliseo era un espectáculo, el hombre que bailaba y cantaba con esa rapidez inigualable mientras sacudía las maracas. “Estuvimos de gira por Estados Unidos, donde por ejemplo nos presentamos en el Teatro Manhattan Center donde el público no salía de su asombro al ver toda su habilidad, tanto que lo sacamos en hombros como los grandes, hasta los gringos lo admiraban porque habían visto al puertorriqueño Mon Rivera (el de Lluvia con nieve), quien era conocido como el ‘Rey del Trabalenguas’, pero el talento de Eliseo lo superó”.
“Fue el alma de Los Corraleros”
Por su parte, Alfredo Gutiérrez, tres veces rey del Festival Vallenato, afirma que Eliseo Herrera fue una pieza clave de Los Corraleros de Majagual.
“Eliseo era el alma de la agrupación. Tenía un carisma que contagiaba, era el que animaba los ensayos, el que tenía siempre una historia que contar o un trabalenguas nuevo que probar”, dice Alfredo.
El trirrey vallenato resaltó también su legado. “En el mundo no ha existido alguien como él, es un artista que hace mucha falta a nuestra música tropical, por su chispa, picardía y estilo original que le transmitió su madre (Eufrosina Junco) quien le enseñó la jerigonza”.
Un legado que late en la sangre
Aunque nació como su bisnieto, Fabián Herrera fue criado como su hijo. Hoy, con 32 años, es quien sostiene la herencia artística del ‘Rey del Trabalenguas’ desde la agrupación Los Típicos Corraleros, dirigida por su tío Omar. Fabián recuerda con emoción cómo se inició en el mundo del trabalenguas casi por accidente.

“Yo lo hacía por diversión, me ponía a cantar con él aunque no me sabía las canciones completas. Con el tiempo me fue enseñando, me explicó el significado de La adivinanza, y así fui aprendiendo toda su jerigonza, que era ese lenguaje especial que aprendió”, cuenta.
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Pero fue en 2016, durante las misas de despedida tras la muerte de Eliseo, que su talento se reveló al mundo. “Mi tío Omar me dijo: ‘vamos a cantarle a mi papá’, pero yo no quería, me daba pena. Al final lo hice, me grabaron y ese video se hizo viral, a partir de ahí, me metieron en la agrupación, y ya llevo casi 10 años en este camino. Para mí, Eliseo fue más que un artista, fue un padre ejemplar, solidario y con un gran corazón”.