Desde el séptimo piso de un edificio antiguo ubicado en Barrio Abajo, uno de los sectores más populares y que encapsula la esencia barranquillera, el actor Édgar Vittorino confiesa lo feliz que se siente de volver a su terruño luego de tres años de ausencia. Y lo hace con una emoción que se le nota en su mirada, la cual cobra un brillo especial cuando explica lo mucho que extraña un buen sancocho de lebranche o un bocachico frito.
El intérprete que estableció su residencia en 2018 en Madrid, España, luce satisfecho tras brillar en series internacionales como Vis a Vis, Vivir sin permiso, El robo del siglo, Desaparecidos o Cien años de soledad. En esta última le dio vida a José Arcadio, un papel que lo ha llenado de reconocimiento.
En un diálogo ameno con EL HERALDO dice que lo llena plenamente el hecho de que hoy diga ser colombiano y que no lo liguen con todo el pasado de nuestro país, por el que narcotraficantes como Pablo Escobar son recordados por muchos.
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Cuenta con orgullo que mientras descansaba en una isla cerca de Ámsterdam, Holanda, un habitante de ese lugar lo reconoció y en inglés le dijo: ¿Are you José Arcadio?, al responderle de forma positiva no escatimó en todo tipo de elogios. “You did great (lo hiciste genial)”, escuchar eso en una isla recóndita le supo a gloria.
Lo que lo trae de vuelta a su ‘Quilla’ querida es la oportunidad de preparar un nuevo personaje para una exitosa serie que tendrá una nueva temporada y que según adelantó nació y evolucionó en Barrio Abajo.
“No es mucho lo que les puedo adelantar, pero sí surgió de aquí y por eso me vine a conocer de cerca este populoso sector de mi ciudad, porque yo nací en el barrio El Recreo, que es muy distinto a lo que se experimenta por aquí donde los jóvenes siguen la cultura de sus abuelos, es como un viaje al alma de la ciudad. Historias como la de ‘la Chequita’ –el famoso juego que nace de una tapa de cerveza– me han inspirado para construir un personaje que refleje las raíces más hondas de mi ciudad. Si quieres conocer al barranquillero de verdad, tienes que venir acá”, advierte.
‘Un padre muy madre’
Su regreso a Colombia también ocurre para promocionar Un padre muy madre, una película filmada en Riohacha, La Guajira, que destaca no solo por su historia familiar, sino por el retrato auténtico de una región que pocas veces se muestra con tanto respeto en el cine. “La vamos a mostrar de una manera que nunca se ha visto antes”, asegura Vittorino.
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La cinta no solo incluye paisajes impactantes, sino también expresiones culturales propias de los pueblos indígenas de la zona, como bailes y cuentos tradicionales. El filme narra la historia de un hombre que posee un hotel local, amenazado por la llegada de grandes conglomerados turísticos. Más allá del conflicto económico, la cinta plantea una reflexión sobre el territorio, la identidad y las tensiones entre lo tradicional y lo moderno. Su estreno será el próximo 12 de junio en las salas de Cine Colombia. “No todo lo costeño tiene que ser música o carnaval, esta película va a demostrar que un personaje costeño no necesariamente tiene que estar hablando de vallenato o de cumbia. Puede ser una historia cotidiana, universal, y también valer la pena contarla. Hay una escena hermosa con los cuentos que los wayuu les narran a sus hijos”.
La película cuenta con actores reconocidos como Carmenza Gómez y Julián Caicedo, y con talentos emergentes como José Miguel Numo, un joven barranquillero que promete enamorar al público. “Es buen actor, es guapo y es de acá”, dice con orgullo.
Tras vivir ocho años en la Madre Patria, el moreno de ojos verdes reconoce que el panorama del cine colombiano aún tiene mucho por mejorar. “En España se hacen más de 150 películas al año, aquí tal vez 50. A veces todo está muy desorganizado y eso afecta la promoción y la asistencia del público”, lamenta.
Sin embargo, celebra el avance que ha traído la producción de plataformas como Netflix en el país. “Estamos haciendo cosas importantes, y lo mejor es que se están contando historias con temática caribe, eso antes no se veía. Ahora tenemos series como Cien años de soledad que se hacen acá y están impactando al mundo”.
Del Caribe a Cannes
Uno de los momentos más emocionantes para Vittorino fue presentar en el Festival de Cannes La regla de Osha, una película de terror sobre la santería que protagoniza en España.
“Fue increíble estar allá. Le decía a mi productor: tú vienes de España, cruzas a Francia en carro, pero yo vengo de una ciudad donde no se hace ni una película al año. Estar en Cannes era como un sueño, me sentí representando a Barranquilla y a toda Colombia”, confiesa con emoción.
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La cinta, con espectaculares efectos especiales, muestra cómo la santería se descontrola, en una producción que promete sacudir la cartelera europea.
Vittorino confiesa que cuándo le preguntan de dónde es, no duda: “Yo no digo soy colombiano, yo digo soy barranquillero. La gente conecta más fácil, me dicen: ‘¡Ah, como Shakira!’ y así ya saben de dónde vengo”.
El actor insiste en que su identidad está profundamente ligada a su ciudad natal. “Yo no tengo nada que ver con el ‘parce’, eso no me representa”.
Regresar para compartir
Después de recorrer el mundo, Vittorino tiene claro cuál es su verdadero sueño. “Lo que quiero es traer todo lo que he aprendido y aportarlo a la industria colombiana. Ya no tenemos que irnos a Hollywood. Tenemos con qué contar nuestras propias historias desde acá y hacer que el mundo las vea”, dice convencido.
“Quiero que un personaje como José Arcadio Buendía vuelva locas a las polacas no solo porque el actor está bueno, sino porque está bien hecho. Que la actuación, la producción, el guion sean de calidad. Si podemos lograr eso, nadie nos para”, concluye.
Édgar Vittorino está en un momento estelar de su carrera, pero no olvida sus raíces. Desde Barrio Abajo hasta Cannes, su recorrido es el de un barranquillero que no solo ha conquistado las pantallas, sino que también quiere abrir caminos para que muchos otros puedan soñar en grande desde su propia tierra.