El video en el que aparece el reconocido rapero Sean ‘Diddy’ Combs arrastrando y dándole patadas a su entonces pareja, la también cantante Cassie Ventura, por los pasillos de un hotel en Los Ángeles, fue la prueba reina que llevo a prisión al intérprete de Last Night.
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Sin embargo, ese hecho ocurrido el 5 de marzo de 2016 es solo la punta del iceberg en este caso cuyo juicio ha iniciado, convirtiéndose en el más mediático del año. Y no es para menos, ya que el artista es acusado de dirigir una extensa operación de trata de personas y explotación sexual.
Los cargos contra Combs, de 55 años, incluyen conspiración para extorsionar, trata de personas con fines de explotación sexual y proveer transporte para el ejercicio de la prostitución. De ser declarado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
Además de Cassie, quien tuvo una relación de 11 años con el también productor musical, serán escuchadas otras dos víctimas que no han sido identificadas y cuyo testimonio es de vital importancia para la decisión que pueda tomar el jurado. De momento la que sí ha entregado su versión es la modelo, bailarina y actriz estadounidense Cassandra Elizabeth Ventura, quien ha dejado al mundo asombrado tras cada detalle revelado.
Según su declaración juramentada sufrió sometimiento, violencia y participó en centenares de freaks-offs o las populares orgías salvajes de las que Combs se jactaba de organizar.
Fuertes palizas
Cassie, de 38 años, describió en el tribunal las brutales palizas del artista que le dejaban “hematomas por todo el cuerpo” y que sucedían “con mucha frecuencia”.
“Me abusaba físicamente. Me tiraba cosas, me daba patadas, me arrastraba por el suelo y me daba pisotones en la cabeza”, contó Ventura a las preguntas de la fiscal Maurene Comey en la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York.
Según la cantante de R&B, estas agresiones a menudo le dejaban los ojos negros, hematomas o morados por todo su cuerpo, además de los labios rotos. También, detalló que Diddy la obligaba a mantener relaciones con decenas de trabajadores sexuales masculinos.
La artista, que ahora tiene 38 años y está embarazada de ocho meses y medio, se ha visto muy afectada, al punto que debe hacer pausas constantes para beber agua y coger aire para proseguir con su testimonio.
Con relación al video que desató el caso, la mujer contó que Combs la introdujo en estas prácticas durante el primer año de su relación sentimental, que comenzó en 2006: “Me propuso hacer ‘voyeurismo’, es decir, que él mirara mientras yo tenía relaciones con otros hombres”, explicó.
Debido a esto, afirmó que tomaba “todo tipo de drogas” (éxtasis, MDMA, ketamina, marihuana y setas) para disociar durante los encuentros con trabajadores sexuales que presuntamente orquestaba el rapero.
“Para mí era disociativo y adormecedor. No podía imaginarme haciendo nada de eso sin tener algún tipo de amortiguador o una forma de no sentirlo como lo que realmente era”, subrayó.
Estos encuentros ocurrían sobre todo en hoteles y tuvieron lugar en distintas partes del mundo, entre ellas Ibiza, Los Ángeles, Miami, Nueva York y las Islas Turcas y Caicos.
Diddy coreografiaba todo
Cassie dio más detalles sobre los freak offs en los que Combs, presuntamente, se masturbaba mientras la veía tener relaciones. Allí decidía todo lo que ocurría: desde la vestimenta que debía llevar la artista hasta dónde y cuándo podían eyacular los trabajadores sexuales que él mismo contrataba por miles de dólares, y que incluso mandaba a traer de otras ciudades.
Cada freak off se dividía frecuentemente en varias sesiones de dos o tres horas, tras las cuales la pareja se encerraba en una habitación, a veces para tener sexo o drogarse, y salía al cabo de las horas para volver a tener relaciones con una tercera persona.
La cantante también afirmó que Combs grababa muchos de estos encuentros con una cámara de video o con un teléfono móvil, que a veces era el de Cassie: “Si los videos estaban en mi móvil, los borraba porque eran humillantes. No quería que nadie los viese”.
Una millonaria oferta
La víctima principal del juicio declaró también que cuando ambos rompieron su relación decidieron cenar juntos para lo que parecía “una conversación de cierre” que fue “agradable”, pero posteriormente él la acompañó a su casa y allí la violó.
Puff Daddy (como se llamaba en el pasado Sean Diddy Combs), en 2023 le pagó 20 millones de dólares para que cerrara rápido una demanda civil en la que lo acusaba de abuso físico continuado y una violación ocurrida en 2018.
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Al preguntarle la fiscal Emily Johnson por qué testificaba en este juicio, en el que Diddy está acusado de tráfico sexual, crimen organizado y transporte para ejercer proxenetismo, Cassie respondió decidida: “Porque no puedo aguantar más la culpa y la vergüenza”.