Compartir:

Enviado especial a Valledupar.

El talento se cultiva desde niño, hay algunos que dicen que este nace, otros que se trabaja, pero lo cierto es que en el Festival de la Leyenda Vallenata se evidencia desde muy temprano quién va a servir para vivir su vida atado al folclor.

Y no estamos hablando únicamente de acordeoneros sino también de verseadores, esos que se citan en el concurso de piqueria para hacer gala de su capacidad como repentista. Este concurso también tiene su semillero, la categoría infantil en la que este año el ganador es Julio César Hoyos Olmos, oriundo de San Marcos, Sucre, quien se coronó como el gran ganador, demostrando que el arte de versear sigue vivo en las nuevas generaciones. Con agilidad mental, picardía y gran dominio escénico, se impuso en una contienda llena de talento y mucha creatividad.

Le recomendamos: Chayanne enamoró con sus clásicos en su debut en Valledupar

El segundo lugar fue para Calianys Ángeles Guanipa Álvarez, representante de Venezuela, y el tercer puesto lo ocupó Joseph Julián Arcos Delgado, oriundo de Urabá, Antioquia, quien también dejó en alto el nivel de la improvisación infantil.

Con n tan solo 13 años de edad, Hoyos deslumbró al jurado calificador con su técnica y fue superior a sus contrincantes en las modalidades de 4 versos libres y 4 en pie forzado con las frases ‘Los caminos de la vida’ y ‘Omar Geles sigue siendo el rey’.

Julio cuenta que se había presentado en otras tres ocasiones en el Festival Vallenato, siendo su actuación más destacada en 2024 cuando ocupó la tercera plaza. Sin embargo, nunca bajó los brazos, por el contrario siempre tuvo claro que el primer lugar podría ser suyo mientras lo trabajara a diario.

“Pues siempre iba con la decisión y la seguridad de ganar. El año pasado, con el favor de Dios, logré el tercer puesto. En los años anteriores no se pudo llegar a la corona, pero este año, gracias a Dios, se dio. Creo que ocurrió primero que todo, por el apoyo de toda mi gente, de mi familia, de mi maestro, que siempre me impulsa en esto de la piqueria. Estoy muy agradecido con ellos por ese apoyo incondicional”.

Le sugerimos leer: Ocho años de perseverancia para ser Rey Vallenato Aficionado

Sobre su preparación explicó que la intensificó hace un mes y que practicó con mucha disciplina, algo que es lo fundamental para lograr las metas. “Me gusta mucho enseñarles a otros niños que quieran interesarse en este arte. Investigo bastante, porque esto es de pasión. Cada día me meto en el cuento de la piqueria, de la música, del canto… porque es lo que me gusta. Sueño con seguir adelante en esto de la música y la piqueria. Aspiro a convertirme, con el favor de Dios, en uno de los máximos exponentes del vallenato”.

A futuro este adolescente quiere estudiar Licenciatura en Música en la Universidad del Atlántico, en Barranquilla.

Sobre sus contenedores exaltó el talento de cada uno y el duelo en la ronda final.

“Fue muy emocionante, sobre todo por el apoyo del público, que es indispensable para uno como artista. Los aplausos me emocionaron mucho y me llenaron de alegría. También quiero felicitar a mi contendor del Urabá antioqueño porque para ser su primera vez en el Festival, lo hizo muy bien”.