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Cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, una fecha que busca concientizar a la población mundial sobre la importancia de cuidar este recurso vital para la salud pública, el crecimiento económico y la sostenibilidad del medio ambiente. Así como impulsar las medidas necesarias para su cuidado y preservación, pues sin duda, la cantidad que se reduce año tras año es considerable debido al mal uso y a la contaminación.

El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos determina que “las principales fuentes de agua para uso humano como lagos, ríos, la humedad del suelo y las cuencas de aguas subterráneas a poca profundidad se distribuyen de forma irregular y, en general, están lejos de las zonas urbanas. Alrededor del 36% de la población mundial, es decir, 2.400 millones de personas, viven en regiones con escasez de agua y el 52% experimentará una severa escasez de agua hacia el año 2050″.

Por lo anterior, es fundamental reconocer que el agua es un derecho fundamental para la preservación de la vida, por esto, implementar prácticas de gestión sostenible y fomentar la cooperación científica internacional son pasos vitales para preservar todas las fuentes de agua, un valioso e indispensable recurso natural que desafortunadamente no llega de forma segura a un gran número de personas en distintos países, señala Ana Dolores Román, Gerente General Pfizer Colombia y Venezuela.

El agua como vector de resistencia antimicrobiana

El agua es un recurso esencial para la vida, pero también puede convertirse en un vehículo de propagación de patógenos resistentes. Los sistemas hídricos contaminados, aguas residuales no tratadas y descargas industriales contribuyen a la diseminación de microrganismos resistentes en el medio ambiente. Las Naciones Unidas, ONU, revela que más del 80% de las aguas residuales a nivel mundial se vierten sin tratamiento adecuado.

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Además, la falta de acceso a agua potable y saneamiento básico en muchas regiones del mundo aumenta la exposición a microorganismos resistentes y dificulta la prevención y el control de infecciones. La resistencia a los antimicrobianos supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere medidas por parte de todos los sectores, incluyendo también a la sociedad.

La resistencia antimicrobiana ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan la capacidad de resistir los efectos de los antimicrobianos diseñados para combatirlos. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, la RAM es responsable de aproximadamente 1.27 millones de muertes anuales a nivel global, y se estima que esta cifra podría aumentar a 10 millones para 2050 si no se toman medidas urgentes.

Este fenómeno se ve exacerbado por la contaminación del agua con residuos de antibióticos y otros agentes antimicrobianos, así como por la falta de acceso a agua limpia y saneamiento adecuado.

Sin duda, el uso indiscriminado de los antibióticos ha sido una de las causas principales de la diseminación y el aumento de la resistencia antimicrobiana a nivel mundial, razón por la cual, el Observatorio Nacional de Salud, ONS, del Instituto Nacional de Salud, INS, adelantó una revisión sistemática de estudios de la resistencia antimicrobiana en Colombia para el período 2011 a 2021, encontrando que la mayoría de los abordajes se han realizado para tres microorganismos: Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Staphylococcus aureus.

Dado lo anterior y en línea con la Organización Panamericana de la Salud, están surgiendo y extendiéndose nuevos mecanismos de resistencia en todo el mundo, amenazando la capacidad científica para tratar enfermedades infecciosas comunes, lo que resulta en enfermedades prolongadas, discapacidad y muerte. Debemos entender que, no contar con antimicrobianos efectivos para la prevención y el manejo de infecciones es una amenaza silenciosa que podría revertir décadas de avances en medicina y salud pública, destaca Ana Dolores Román, Gerente General Pfizer Colombia y Venezuela, sin dejar de lado el impacto en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el peligro que supone el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS.6

En este Día Mundial del Agua, hacemos un llamado a gobiernos, sector privado, organizaciones civiles y ciudadanos para que trabajemos juntos en la protección de nuestros recursos hídricos y en la lucha contra la RAM.  Es primordial implementar acciones para contribuir a la contención de la resistencia a los antimicrobianos como la educación comunitaria, la vigilancia de la resistencia y de las infecciones asociadas a la atención en salud, y el cumplimiento de la legislación sobre uso y dispensación de antimicrobianos, agrega la Ana Dolores Román.

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Un llamado a la acción

Para abordar este desafío, es fundamental adoptar un enfoque multisectorial que incluya:

· Mejorar la gestión del agua: Garantizar el acceso a agua limpia, saneamiento e higiene y, promover prácticas sostenibles en la agricultura y la industria para reducir la liberación de contaminantes al medio ambiente.

· Fortalecer la educación comunitaria: Promover el uso responsable de antimicrobianos en humanos y animales.

· Educar y sensibilizar: Informar a la población sobre la importancia de prevenir infecciones, utilizar los medicamentos de manera adecuada y proteger los recursos hídricos.

· Cooperación internacional: Fomentar la colaboración entre países para compartir conocimientos, y recursos que permitan enfrentar la RAM de manera efectiva.