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La nevera es un electrodoméstico indispensable en nuestros hogares, principalmente para la conservación de alimentos perecederos como frutas, verduras, carnes y lácteos, entre otros.

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Congelar alimentos es una de las formas más eficaces de preservarlos, evitando que se echen a perder antes de que podamos consumirlos.

El principal beneficio de congelar los alimentos es extender la vida útil de estos, pues así se ralentiza el crecimiento de bacterias que causan el deterioro de los productos. Esto permite que se conserven durante semanas o incluso meses sin perder calidad.

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En ese sentido, también ayuda a la prevención del desperdicio de comida. Muchas veces compramos más alimentos de los que podemos consumir antes de que se estropeen, así que congelar lo que sobra ayuda a reducir el desperdicio, almacenando los alimentos para más tarde sin que se pierdan nutrientes ni sabor.

Aunque algunos nutrientes pueden perderse durante el proceso de congelación, muchos alimentos conservan la mayoría de sus vitaminas y minerales cuando se congelan correctamente, especialmente si se hace rápidamente a bajas temperaturas.

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Además, tener alimentos congelados permite tener una reserva lista para usar cuando no hay tiempo o ganas de cocinar, por lo que se puede comprar en grandes cantidades y congelar, lo que contribuye al ahorro de dinero a largo plazo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los alimentos se congelan igual de bien. Por ejemplo, los alimentos con alto contenido de agua, como ciertas frutas y verduras, pueden cambiar de textura al descongelarse. Por eso, algunos requieren métodos adicionales, como el blanqueado de verduras, antes de congelarlos para mantener su calidad.

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También debe tener en cuenta que el tiempo máximo que pueden durar congelados los alimentos varía según el producto. Según recogen los portales sobre salud ‘Food Safety’ y ‘HealthLine’, estos son los límites de tiempo para que la comida permanezca en el congelador de la nevera:

• Tocino: máximo 1 mes.

• Embutidos: 1 y 2 meses.

• Atún y salmón: 2 a 3 meses.

• Carne molida: 3 a 4 meses.

• Quesos frescos: 1 a 2 meses; quesos madurados: 6 a 7 meses.

• Pollo y pavo entero: 1 año; cortado: 9 meses.

• Carne de res: 4 a 12 meses.

• Claras de huevo: 12 meses.

• Camarones: 6 a 12 meses.

Este artículo fue creado con ayuda de inteligencia artificial.