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Apagar el brillo de Barranquilla era imposible. El sol no dejó de asomarse en el cumbiódromo de la Vía 40. Desde el sábado, en la ciudad no existen tiempos grises, el pronóstico indicaba que la ‘tormenta carnavalera’ continuaba en un tercer día bañado por la fantasía.

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A la una de la tarde, tal como se había anunciado. A esa hora, ni un minuto más, ni un minuto menos, sonaron las sirenas y los espectadores preparaban sus aplausos para recibir a las Negritas Puloy de Montecristo, encargadas de abrir la Gran Parada de Fantasía que llegó con todo su colorido.

Edith Burgos ya estaba llena de espuma y maicena. Tenía lista una bocina azul para recibir a los 112 grupos folclóricos que exhibirían todo su talento.

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'Con esto se demuestra que hay Carnaval para todos. Yo amo la fantasía y aquí es que me gusta venir y que lo hagan puntualmente ha sido el mejor cambio de este año porque gozamos de todo'.

Mientras algunos se terminaban de acomodar, las comparsas de tradición popular y fantasía desfilaban con orgullo, mostrando al mundo la riqueza cultural y la creatividad que caracteriza al Carnaval de Barranquilla.