Barranquilla sigue siendo cuna de grandes artistas que dejan en lo más alto el nombre de la ciudad.
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Ejemplo de ello es Iván Castro Vega, conocido en el mundo artístico como ‘IC Drummer’, quien tiene una historia que va más allá de sus logros musicales, puesto que desde el primer aliento le ha tocado remar contra la corriente.
Nació en condiciones precarias, Iván llegó al mundo con la ayuda de una partera en su propia casa, ya que sus padres carecían de recursos económicos para pagar un parto hospitalario.
Los obstáculos seguirían apareciendo, la primera prueba de fuego para él llegó cuando, al nacer, no mostró signos vitales durante 20 minutos.
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En un acto de desesperación, sus padres, acompañados por familiares y vecinos, depositaron toda su fe en Dios, y el milagro ocurrió: el llanto de Iván llenó sus pulmones de oxígeno, desafiando así cualquier diagnóstico médico.
A partir de ese momento, la familia Castro Vega se entregó a una vida dedicada a Dios, convirtiéndose en pastores de una iglesia cristiana. Y para su fortuna Iván no solo creció sin ningún tipo de problemas físicos, por el contrario llegó al mundo dotado de un talento innato por la música, especialmente por los instrumentos.
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'Cuando yo estaba pelao cogía las ollas, los calderos que encontraba en la casa y le daba con las cucharas o cualquier palo para que sonaran, ese fue mi primer contacto con la música', relata entre risas el músico y también profesor de 36 años.