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Erguida sobre la inmensidad del esplendor de la plaza del Antiguo Edifico de la Aduana, reapareció en Barranquilla la estatua de Gabriel García Márquez, esa que anteriormente se encontraba bajando las escaleras del Parque Cultural del Caribe, y que ahora es iluminada por el inconfundible amarillo de esta icónica plaza.

La recién restaurada escultura ahora posee un lugar en Barranquilla, y su propósito va más allá de ser fotografiada, sino que busca estrechar la relación entre el legado del Nobel y Barranquilla.