Convertido en un conjunto de fórmulas que se conjugan para capturar el momento perfecto, Emilio Yidi, quien se considera un aprendiz permanente de la vida, suma a su carrera poco más de 30 años ejerciendo como fotógrafo, oficio que no solo le ha permitido inmortalizar sentimientos, sino también, perpetuarse en la historia.
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Su camino por el mundo de la imagen no comenzó por accidente, pues aunque su padre lo llevaba por las tardes a la fábrica de textiles que tenían en el centro de Barranquilla para que aprendiera del negocio, él tenía claro que lo suyo estaba relacionado con lo visual.
Desde siempre su ojo ha sido su cámara, la cual ha ido perfeccionando con el paso del tiempo.
No fue tan solo hasta que egresó del colegio y decidió aprovechar la oportunidad para irse a Estados Unidos a estudiar cine, publicidad y producción audiovisual, cuando lo descubrieron según dice él. De ahí en adelante desplegaría su talento por muchas partes.
Talento descubierto
Yidi comenta que mientras estaba en la universidad le quedaron unos créditos libres y decidió complementar con clases de fotografía.
'En ese tiempo había que aprender todo lo que correspondía hasta que llegamos a la presentación final de un proyecto, ahí un profesor me descubrió'.
Para ese momento debían hacer una muestra conjunta, y él había viajado a Colombia por vacaciones y estando en Barranquilla, decidió acompañar a su mamá al colegio que ella tenía en el barrio La Paz, y ahí se puso a hacer fotografías.
'Yo aproveché el momento y empecé a hacer portarretratos, fue una colección enorme de la cual solo exhibí una parte, cuando el evaluador, que era mi profesor, se acerca y me aconseja que siga explorando la fotografía porque veía que tenía talento, eso me animó a darle rienda suelta a mi pasión', rememora Emilio en su conversación con EL HERALDO desde su estudio de fotografía, ubicado en el norte de Barranquilla, por donde han pasado muchas celebridades.
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De regreso a Colombia
Después de ese momento continuó tomando clases hasta que se graduó, y por la emoción de estar en un país diferente se quedó viviendo en norteamérica. Trabajó en muchos proyectos diferentes, sin embargo, un incidente lo haría regresar.
'Recuerdo que estaba trabajando en una agencia de publicidad muy importante en la Florida, cuando sin saberlo, se baja del ascensor una de las dueñas de la empresa con cuatro perros y uno de ellos se ensucia en el piso y ella me pide que lo recoja, a lo cual me negué'.
Al ser despedido la frustración de que no le tratasen con dignidad lo hizo llamar a su papá, y con su aprobación Emilio regresó a Colombia, no tenía ningún plan en mente, solo probar suerte a ver qué pasaba.
'Cuando regresé a Barranquilla no tenía nada claro, pero se me presenta una oportunidad con Adela de Char, querían lanzar a Viviana Char de Señorita Atlántico y por recomendación de mi mamá me pusieron a mí a hacer las fotos, y como Adela era la dueña de la Joyería Moderna la colgó ahí y empezaron a salirme varios trabajos'.
Según lo que recuerda Yidi la foto de Viviana se imprimió en gran formato a blanco y negro y fue aviso de la casa joyera, y desde ese momento todas las reinas querían que él hiciera sus fotos, incluyendo las soberanas del Carnaval de Barranquilla.
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Volviendo a conectar
Luego del estallido laboral en el que se vió sumergido, Emilio quiso hacer cosas diferentes, y en uno de sus viajes a Miami descubriría una nueva pasión: la moda.
'En aquel viaje a Miami me encontré con un amigo que estampaba camisas y eso me pareció fascinante, me vendió una de esas máquinas por 100 dólares y comencé a hacerlo en mi tierra natal, donde fue toda una novedad', recordó.
Yidi se asoció y creó una empresa que creaba colecciones que se vendían incluso en las grandes superficies, pero estaba tan ocupado en la moda, que dice él dejó pasar una gran oportunidad, fotografiar a Shakira.
El destacado fotógrafo recuerda que Shakira lanzaba su primer álbum musical titulado Magia, y sus padres querían que él le hiciera las fotografías para la portada de la producción discográfica, pero Yidi les dijo que ya no se dedicaba a ese oficio, y aunque fueron insistentes, no accedió.
'Lo curioso es que una huella mía quedó, porque el atuendo de colores de ese producción era mío, yo se lo di'.
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Regresando al lente
Luego de unos años el mercado cambió, y una oportunidad en EL HERALDO, lo regresaría a trabajar como fotógrafo para la Revista Miércoles, en la que volvió a explorar ese lado artístico de la fotografía.
'La experiencia en EL HERALDO fue increíble, trabajar en tantos perfiles, algunos más compuestos que otros y crear ediciones, fue sin duda una escuela impresionante'.
Aunque conserva gran parte de sus archivos fotográficos, Emilio sí confiesa que hay muchas otras que también perdió, algunas de las más valiosas, las fotos que le hizo al pintor y escultor Alejandro Obregón en su casa en Cartagena.
Finalmente, sobre el futuro en la fotografía Yidi dijo que: 'Esto ha cambiado totalmente, es muy complicado vivir de este oficio y a eso se le suman los retos de la Inteligencia Artificial, así que vivir de la fotografías es un gran reto, los que permanecemos lo hacemos por pasión'.
Su huella en el mundo fotográfica es tan grande que ha sido homenajeado con varias exposiciones en las que se evidencia su talento.
El buen ojo de Emilio y buen gusto, pero sobre todo la ética en todo su trabajo desde sus inicios y evolución, se han visto impreso en periódiocos y revistas de gran prestigio, lo que lo presenta a la sociedad como el hombre del lente mágico.
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