Federico y su hermano Simón viven plenamente su adolescencia hasta el día en que Simón muere al caer de un balcón en una fiesta. Mientras su entorno familiar se desmorona ante sus ojos, Federico intenta vivir con normalidad sus últimas semanas de colegio. Incapaz de hacer el duelo, se va acercando a Laura, la novia de su hermano fallecido, en quien parece encontrar alivio.