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Es prácticamente imposible que se conciba la idea de realizar las carnestolendas sin contar con la participación activa de la comunidad LGBTIQ+. Su aporte a esta fiesta va ligado estrechamente con las artes.

Pero su contribución actual se debe a años de resistencia y resiliencia ante comentarios homofóbicos y agresiones físicas a las que han tenido que enfrentarse en búsqueda de tener un espacio digno.

Pero bajo la premisa de que el Carnaval es de todos y todas, que en una fiesta que es la más distinguida manifestación de cultura y tradición, esa misma que incluye diversos sectores sociales, todos alrededor del jolgorio propio del Carnaval, un grupo de personas, entre los que se destacó Jairo Polo Altamar, decidieron salir a las calles de Barranquilla y vincularse al Carnaval.