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La Alta Costura es el acercamiento más agudo de la moda como arte. Aunque alrededor de ella exista un debate interminable sobre si se debe o no considerar como tal, la complejidad de sus procesos, el encanto de sus formas, su producción restringida y el enigma en su comercialización desdibujan las fronteras que dividen ambos mundos.

En palabras de Valerie Steele, teórica de moda y autora del libro Fashion Theory: hacia una teoría cultural de la moda, 'tanto la moda como el arte son aspectos de la cultura visual, ya que ambos entrañan en la forma, el color y la textura' y que 'tal como el arte, la moda puede estar dotada de riqueza técnica y conceptual'.

Por eso no es de extrañar que estas prendas de vestir no solo se concentren en el saber hacer y en ostentar el potencial creativo de cada diseñador, sino que también se muevan en los escenarios en donde el arte se presenta.

Es el caso de Schiaparelli, quienes, para esta temporada y coincidiendo con su desfile de Alta Costura, revelaron la exposición titulada ‘Shocking! El mundo surrealista de Elsa Schiaparelli’, una retrospectiva definitoria de arte y moda en el Museo de Artes Decorativas de París.